Durante 2016 se cometieron aproximadamente 57 homicidios, 3 secuestros y más de 470 robos diarios, según datos del SESNSP. Se estima que 23 millones de personas fueron víctimas del delito en el país, la cifra negra se ubica en un 93% y la percepción de inseguridad se encuentra por arriba del 72%, lo anterior de acuerdo a la Encuesta de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública.

Si, México es un país inseguro, opiniones extranjeras aparte, en el país la inseguridad es una realidad y eso lo decimos los mexicanos que día a día la vivimos. La historia no acaba ahí, el Índice de Paz Global 2016 hecho por el Instituto para la Economía y la Paz, nos ubica como uno de los países más violentos en el lugar 140 de 165 analizados y como el más violento de Centroamérica y el caribe.

El problema es claro y las causas son coherentes, nuestras fuerzas policiales son ineficientes, ubicándose en el lugar 118 de 127 en el Índice Mundial de Policía y Seguridad Interna, mientras que en el Índice de Percepción de Corrupción nos encontramos en el lugar 13 de los 20 más corruptos, siendo el más corrupto de los países que forman la OCDE.

En estos tiempos, en que las relaciones internacionales exigen la mejor versión de México, es indispensable voltear a ver el país con realismo y optimismo, la seguridad es una de las mayores debilidades y volverla fortaleza será imperativo para una mejor relación con los países actores en el ámbito internacional.

El costo de la inseguridad en el mundo es de 1,876 dólares por persona, aproximadamente el 13% del PIB mundial; a México le cuesta 236 mil millones de pesos al año su problema de inseguridad, así que también es un problema económico.

Hasta 2015, México era paso de aproximadamente 1200 toneladas de cocaína, en datos de la reunión centroamericana de seguridad; Estados Unidos ha gastado cerca de 2.3 mil millones de dólares en la Iniciativa Mérida, cuyo objetivo es el combate al narcotráfico; por lo anterior también resulta un problema transfronterizo.

Muchas han sido las estrategias encaminadas a resolver la inseguridad realizadas por el Gobierno federal, todas y cada una de ellas han fallado en eficacia y otras ni si quiera han podido ponerse en marcha completamente, ejemplo es el sistema nacional anticorrupción.

El contexto geográfico y social en el que se encuentra el país no contribuye, México es vecino al norte de uno de los mayores países consumidores de drogas en el mundo y al sur nos encontramos con los productores más grandes; nos volvemos un paso obligado, un asentamiento estratégico para organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de narcóticos, tan solo 5 de los cárteles más grandes de México tienen operaciones en Estados unidos.  Esto nos obliga a no solo tener un buen cuerpo policial y un sistema nacional de seguridad pública óptimo; las condiciones actuales nos exigen al mejor cuerpo policial, al más estricto y eficiente sistema de seguridad pública y certeza en la instauración de medidas contra la corrupción.

Es cierto, México es más grande que sus problemas, tenemos primeros lugares también en índices positivos, no obstante, la seguridad es un tema medular que afecta directamente la economía del país, además de ser una cuestión que todas las naciones buscan controlar.

El reto es más grande que para cualquier otro país en el continente,  en este momento histórico de interesantes fenómenos en el ámbito internacional, tenemos más que nunca los ojos del mundo sobre nosotros, la situación nos pide fortaleza y decisión, la sociedad mexicana exige soluciones y México debe volver fortaleza a su mayor debilidad.

Héctor de Jesús Vara García

Observatorio Ciudadano Veracruz – Boca del Río

@ocvb_seguridad @ObsNalCiudadano

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