A diferencia de los desplazamientos forzados por la violencia en países como Colombia, donde este tipo de migraciones se dieron de zonas rurales a zonas urbanas, en México, particularmente en la frontera norte, los desplazamientos de personas se han dado de zonas urbanas a rurales o a otras zonas urbanas. A pesar de tener algunas pistas en relación al comportamiento de los desplazamientos humanos en el país, actualmente este tipo de estudios y su impacto en el bienestar de las familias no ha sido profundamente abordado debido a que estos hechos son relativamente recientes y a que no se tienen instrumentos de medición adecuados y con ellos las cifras con las que se cuentan son sólo aproximaciones acerca de la magnitud de este problema en México.

De acuerdo a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) los desplazados internos son definidos como:

…personas o grupos de personas que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular como resultado, o para evitar los efectos, de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida.

En México el confrontamiento directo del Estado con los grupos del crimen organizado desde 2006 en la llamada “guerra contra el narco” trajo como consecuencia inmediata un incremento de la violencia e inseguridad particularmente en los estados del norte, en donde los grupos criminales se han mantenido en disputa por el control de las plazas y las rutas de droga hacia los EU, lo que llevó a ciudades como Tijuana, Juárez y Matamoros a dramáticos procesos de descomposición de la seguridad que se materializaron en un aumentos de los homicidios, secuestros y extorsiones entre otros.

De acuerdo con algunas estimaciones, tales como la del Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) señalan que hasta diciembre de 2014 a nivel nacional los conflictos armados y de violencia han provocado 281 400 desplazamientos internos forzados, principalmente en las entidades de Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Guerrero, Sinaloa y Michoacán, sin embargo al no existir herramientas y estadísticas oficiales que midan su magnitud sólo nos podemos quedar con algunas aproximaciones del problema.

En Ciudad Juárez, Chihuahua, el incremento de los delitos de alto impacto provocó que entre el periodo 2007 a 2010 se diera una enorme cantidad de desplazamientos forzados que de acuerdo a la Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Inseguridad en Ciudad Juárez (EPCIJ) se estima que fue de 230 000 desplazados, los cuales migraron hacía otras entidades del país y a los Estados Unidos.

El problema principal de estos desplazamientos o migración forzada se debe a que este tipo de movimientos poblacionales no son planeados, es decir las personas no han elegido migrar como una estrategia económica o social, puesto que en muchos casos estas personas y familias salen de sus hogares de manera intempestiva dejando atrás mucho de sus bienes materiales, llegando a sus nuevos lugares de residencia con pocos recursos económicos y a mercados laborales que difícilmente pueden absorberlos de forma adecuada, sin mencionar los problemas que pueden enfrentar por el debilitamiento de sus redes sociales y familiares que los apoyan.

Ante estos hechos es innegable que se necesitan mayores esfuerzos para cuantificar y determinar el impacto económico y social de este fenómeno social en México, pues tal como se vivió en Cd Juárez y en otras lugares de México, el aumento de la violencia causada por los grupos criminales, sumado a la falta de seguridad por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, y en general el debilitamiento del Estado, han provocado un éxodo masivo de personas y familias.

Además, los problemas que se intentan dejar atrás no siempre terminan con los desplazamientos, ya que muchas personas que han abandonado sus hogares para huir de las extorsiones, secuestros y homicidios no han logrado encontrar la seguridad que buscaban. Un ejemplo claro de ello son los denominados “juarochos”, personas originarias de Veracruz que en la década de los 90’s migraron a Ciudad Juárez en busca de mejores empleos en donde lograron formar y establecer una comunidad importante, pero que en los años de mayor violencia en la ciudad que los recibió fueron uno de los grupos más afectados por amenazas y extorsiones de los grupos criminales, obligando a una importante proporción de ellos a regresar a sus lugares de origen con la idea de que en Veracruz encontrarían mejores condiciones de seguridad, sin embargo esto no fue así, pues en la actualidad la entidad se ha convertido en una de las más peligrosas del país debido al aumento de los homicidios y secuestros entre otros delitos, por lo que su seguridad sigue siendo violentada y amenazada por grupos del crimen organizado.

Este panorama de inseguridad no es exclusivo de Juárez y de los llamados juarochos dado que en general, el clima de violencia que enfrenta el país parece no haber disminuido, pese a las estadísticas oficiales del gobierno que muestran una reducción de los delitos, aun así no podemos dejar a un lado que estas cifras son sólo el reflejo de las denuncias a las que las autoridades dieron un seguimiento, dejando fuera todos aquellos delitos que por desconfianza a las autoridades las víctimas no denunciaron, lo que constituye gran parte de la llamada cifra negra.

Por otro lado, es importante señalar que el tema de desplazados no se limita a desplazamientos internos, puesto que muchas de las personas afectadas por la violencia, sobre todo en la frontera norte de México, buscan los medios para migrar a otros países, particularmente hacia los EU debido a su cercanía y existencia de importantes redes sociales en aquel país. Para el caso particular de Cd. Juárez, la EPCIJ 2010 muestra que más de la mitad de los desplazados por la violencia lo hicieron a ciudades de EU particularmente a la ciudad vecina de El Paso, Texas, mientras que en el caso de Tijuana durante la oleada de delitos que se dio entre 2000 y 2005 un gran número de tijuanenses cambiaron su residencia a California, pese a ello las posibilidades de migrar de forma legal al vecino país son limitadas ya que estas se reducen a aquellas personas que tienen doble nacionalidad y a la reducida cantidad de mexicanos que fueron aceptados como refugiados, dejando al resto como migrantes ilegales con el temor de ser repatriados en cualquier momento.

Por tanto, a manera de conclusión podemos plantear una serie de preguntas de las cuales aún no se cuenta con datos y estudios que den respuesta, como ¿Cuál es la magnitud de los desplazamientos internos en México causados por la violencia del crimen organizado? ¿Cuáles son las características socioeconómicas y demográficas de los desplazados? ¿Cuáles fueron las repercusiones en el bienestar de las familias que abandonaron sus hogares en busca de seguridad? ¿Cómo se han insertado este grupo de desplazados en los mercados laborales locales? Y ¿Qué medidas ha tomado el gobierno a fin de reducir los efectos negativos de los desplazamientos?


Oscar Rodríguez Chávez

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano

Twitter: @RdCh85 @ObsNalCiudadano

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