Quizás uno de los más notables elementos de un simulacro de negociaciones que sostuve este fin de semana con mis estudiantes, fue la frustración que en ciertos momentos experimentó la representación de la comisión para refugiados de la ONU (ACNUR). Actuando en su rol, en ocasiones los estudiantes que representaban a las potencias, una y otra vez ignoraban las peticiones de apoyo que la ACNUR les hacía. Nada más cercano a lo que ocurre en la realidad. La cuestión es que, lamentablemente, este tema va a empeorar. Ya en 2015 observamos un dramático crecimiento en las solicitudes de asilo en Europa. En 2014 el continente había recibido unas 280,000 solicitudes mientras que en 2015 esa cifra se incrementó en más de tres veces. Y eso, considerando que no todas las personas que llegan a Europa huyendo de la violencia solicitan asilo. Se calcula que, en total, 1,800,000 refugiados llegaron a ese continente el año pasado. No todos los solicitantes del 2015, por supuesto, venían de Siria, pero ese fue, con mucho, el país que más refugiados produjo en el año. Lo que ha sucedido es por un lado que la violencia en Siria se recrudeció notablemente en 2015, y por el otro, que muchas personas que solo se habían desplazado internamente o habían migrado a países vecinos como Turquía, Líbano o Jordania, se han venido convenciendo de que el final del conflicto no está cerca, y han ido tomando la muy difícil decisión de huir más lejos y de manera más permanente. El 19 de abril, las conversaciones de paz que se habían sostenido en Ginebra, fueron una vez más “suspendidas de manera indefinida”. Del frágil cese al fuego que se había acordado y que había mal-durado algunas semanas, no queda ya sino la sombra. A eso, hay que añadir que, transcurrido el invierno, las condiciones del Mediterráneo, a través del cual cruza el 99% de los refugiados –ya sea desde Turquía hacia Grecia o por el Norte de África- facilitarán la huida de cientos de miles de personas más. Y mientras las potencias globales y regionales sigan sin entenderse, y se mantengan contribuyendo no pasiva sino activamente a perpetuar el conflicto, la cuestión de los refugiados se seguirá deteriorando. Acá algunos detalles.

  • Los refugiados son las personas que tienen que huir de sus países a causa de la violencia, situaciones de derechos humanos, persecuciones políticas o religiosas. En la actualidad, decenas de conflictos en el mundo originan esta clase de migración (la cual se añade a los otros cientos de miles de personas que se ven obligados a huir de sus países en busca de mejores condiciones de vida –la migración económica). Una parte de estas personas solicita asilo. La mayoría no lo obtiene y no logra el estatus oficial de “refugiados políticos”. Otra parte ni siquiera solicita asilo y permanece en los países huésped sin documentos. Para la ONU, sin embargo, se trata de refugiados desde el momento en que se ven obligados a huir de sus países sin importar su estatus legal.
  • El refugio, por consiguiente, no es sino un síntoma de la falta de condiciones de paz en determinada región o país.
  • No es casualidad que los tres países que expulsaron a más cantidad de refugiados hacia Europa en 2015 son precisamente los tres países con la peor calificación en el Índice Global de Paz: Siria, Irak y Afganistán (por cierto, también tres de los cinco países con mayor actividad terrorista en el planeta).
  • La crisis del 2015 es originada por un dramático incremento en el número de refugiados que llegan al continente europeo procedentes de países como estos. El país que más contribuyó a esta trágica escalada fue, por mucho, Siria.
  • Como sucede en otras partes del mundo, en Siria, muchas potencias regionales y globales no están simplemente “mirando” pasivas cómo se gesta esta crisis, sino que, desde hace años, han contribuido de manera activa a inflamar las llamas, básicamente porque cada una de estas potencias tiene agendas e intereses relacionados con este conflicto.
  • De un lado, Rusia e Irán financian, arman, apoyan y combaten a lado de su aliado –el presidente Assad- en contra de la rebelión, mientras que, del otro, Estados Unidos y potencias aliadas como Francia, así como Turquía, Qatar, Arabia Saudita y sus aliados, financian, arman, entrenan y apoyan a diversas milicias rebeldes desde al menos 2012.
  • La colisión de bloques de semejante tamaño, ha propiciado una especie de empate en el terreno de las hostilidades. Cada vez que las fuerzas de Assad parecen colapsar, sus aliados le rescatan y le devuelven fuerza. Del otro lado sucede lo mismo, cada vez que el régimen parece recuperar la iniciativa, las potencias aliadas de los diversos grupos rebeldes salen al rescate. Al final, la violencia se perpetúa pues dentro de cada uno de los bandos, prevalece la convicción de que, gracias al fuerte respaldo financiero y militar con el que cuentan, los beneficios potenciales de permanecer luchando superan al costo que podría arrojar el dejar las armas.
  • Si a esto añadimos la fuerte participación en este conflicto de grupos jihadistas como la filial siria de Al Qaeda (Al Nusra) y Daesh o ISIS, entonces se puede comprender que la población siria se encuentra atrapada no solo entre intereses locales, sino entre intereses transnacionales, regionales y globales. Esto resulta primero en el desplazamiento interno masivo –la gente huye de la violencia y se establece temporalmente donde pueda –y posteriormente, de manera cada vez más profunda, en la crisis de refugiados que hemos visto estallar desde hace un tiempo.
  • Así que, sin importar el esfuerzo que hagan los estados europeos –y ojalá este esfuerzo vaya creciendo- si el origen de estas crisis (como lo es la situación conflictiva de Siria, Afganistán o Irak) no es abordado desde su raíz, entonces la cantidad de refugiados seguirá creciendo, duplicando y triplicando el problema actual.
  • En ese sentido, la ruptura del diálogo de paz para Siria que tuvo lugar la semana pasada en Ginebra, debe ser tomada como una señal de alarma no solo por el conflicto en sí, sino por la escalada en las cifras de refugiados que esta ruptura vaticina.

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Twitter: @maurimm

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