Aún no amanecía y los pilotos de los globos ya se preparaban para iniciar con las maniobras para inflar los globos aerostáticos. La emoción de los espectadores era mayor que el frio que sentían en rostros y manos.

Las canastillas de mimbre de los doscientos globos aerostáticos en León, Guanajuato, me remitió, el pasado fin de semana, a las aventuras de Phileas Foog y el famoso Passepartout, de Julio Verne, quienes le dieron la vuelta al mundo en ochenta días en diferentes transportes.

El viaje en globo, debo confesar me hacía soñar despierta, cuando era niña y deseaba volar sin ser vista; imaginaba que en aquella cesta junto al fuego que mantenía inflado el globo, iba de polizonte sin ser vista por Paspartout.

La experiencia de este domingo fue maravillosa, primero la obscuridad y después el astro rey que asoma sus brazos entrelazándose con la negrura de la noche; los colores rojizos hacen su aparición y en el horizonte se podían observar decenas de globos flotando entre el cielo y la tierra, sin aparente rumbo, los vientos los llevaron a su destino final a cientos de metros de distancia de donde iniciaron la aventura.

El momento se prolonga por poco más de una hora, estábamos expectantes, emocionados con la diversidad de colores y formas que se veían en el firmamento.

No pude dejar de tener la mirada fija en los globos con sus formas caprichosas, unas tradicionales y otras que hacen homenaje a películas como la Guerra de las Galaxias; Dark Bader, payasos, matrioshka, entre otros.

Al ver estas maravillas desafiando a la gravedad, pienso en la historia del hombre en Leonardo Da Vinci y su obsesión por las alas de los pájaros, desafinado una y otra vez a la naturaleza.

Estábamos ahí, en silencio observando el amanecer, a la audacia y los sueños hechos realidad dentro de una cesta, con fuego dentro a merced de la temperatura y el viento.

Gracias León, por hacernos volar con la imaginación y con nuestros sueños y regresarnos al cielo de colores que año con año, desde hace más de quince años, nos permite contemplar la grandeza desafiante del ser humano.

Manolita Recomienda: - El 1 de diciembre se realizará un maridaje entre mezcales herejes y microogreen en la Vinícola Urbana. La cena consta de cinco tiempos y se antoja muy interesante; de inicio un Nido de quesillo con almendrado de chicatana y betabel; en el segundo tiempo se servirá una croqueta de almendra, plátano macho y brote de apio; el tercer plato será una tapa de chorizo español con brocheta de tomatillos y brote de cilantro; en el cuarto tiempo les espera flor de ajo con cama de pathé de camarón y para la quinta entrega un pan de queso y brote de flor de anís. Los mezcales participantes son: Murciélago de Durango de Mezcales de Leyenda; Los Amantes; Herejía, Los Danzantes y RM. El costo de recuperación es de quinientos cincuenta pesos y las reservaciones se realizan en el teléfono: 26243262.

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