Típico: No tengo nada qué ponerme… y el clóset a reventar de ropa y accesorios. La historia suena dramática pero a todos nos ha sucedido. Este año me puse una meta bastante complicada que ha sido difícil de ejecutar y es no ser ‘tan fashion victim’.¿Recuerdan que hace poco les escribí sobre cómo no caer en este término? Bueno, para mí aplica al tema de consumir y comprar todo el tiempo. Con el ‘pretexto’ del blog me encontraba una vez por semana en las tiendas haciéndome de cosas, hasta que me di cuenta que tenía un clóset poco funcional y que no estaba invirtiendo de manera asertiva.

Para comenzar, hice una limpieza exhaustiva. Me tomó prácticamente una semana y mucho empeño para deshacerme de cosas que realmente no ocupaba, pero también descubrí piezas que tenía en el abandono y que estaban increíbles, dignas de usarse de distintas formas.

Lo primero que les sugiero es precisamente esto, limpiar a conciencia. Tómense su tiempo y dedíquenle atención. Hagan tres grupos: la ropa que más usan, la que deben mandar arreglar o ajustar y la que definitivamente no volverán a ponerse. ¡Pruébense todo!

Un clóset funcional, permite que vean la ropa para evitar que ‘se les olvide’ qué tienen. Les sugiero que hagan categorías y clasifiquen, de acuerdo a sus prioridades. Yo por ejemplo, realicé grupos muy sencillos: jeans, pantalones, blusas, sacos, chamarras, abrigos…, y los acomodé por color y estilo. De esta forma cuando busco una camisa blanca, visualmente es sencillo encontrarla y tener opciones dependiendo del estilo que estoy buscando.

El tema de apego hacia las cosas también complica la ecuación, y nos encontramos teniendo una sección de puros recuerdos. No me mal interpreten, entiendo perfecto que hay prendas icónicas que queremos conservar, pero no hay que abusar del término; es espacio que estamos ocupando y que deja de ser óptimo para nuestras necesidades diarias. Limpiar el clóset también debe ser una actividad semestral, ustedes definirán sus tiempos y métodos. La primera vez será la más tardada y cansada, pero después todo fluirá mucho mejor.

Una actividad que les puedo recomendar es generar un ambiente sustentable alrededor de su guardarropa ¿Cómo lo logran? Les puedo sugerir dos actividades: la primera es inscribirse a un sitio en donde puedan vender sus prendas, Trendier es una buena opción y Troquer también se las recomiendo. Yo he probado ambas y me ha funcionado. Es fácil, solo se inscriben, le toman fotos a las piezas que quieran vender y las suben a su perfil. Hagan descripciones adecuadas, y procuren que las fotos sean lindas, sobre todo fieles a cómo luce la prenda. El precio lo definirán ustedes, pero les sugiero que sea por debajo del 50% del costo de la prenda, a menos que sea una pieza totalmente nueva con etiqueta y todo. Hagan descripciones fieles y si la ropa está dañada o tiene un defecto, también deben mencionarlo.

Les van a comenzar a escribir y a preguntar, para lograr ventas efectivas tienen que estar al pendiente y contestar de manera honesta y rápida. Vean esta actividad como un método de ahorro, no gasten el dinero que generen en más ropa, mejor destinen esta cantidad para otro proyecto, como un viaje o para pagar las clases de yoga. ¡Es dinero extra que están ‘recuperando’! Le están dando un uso a ropa que todavía funciona y que seguramente hará feliz a alguien más.

La otra actividad que pueden hacer, si las ventas no son lo suyo o les da mil flojera todo el proceso, es reunirse con sus amigas y hacer intercambio de piezas. Es muy divertido y puede ser inclusive una actividad recurrente que sea el pretexto perfecto para estrenar y echarse un café para chismear. Yo lo he hecho con mi grupo de amigas y ha todas nos ha servido, es un combo ganador en donde todo mundo sale ganando.

Me encanta leerlos en redes, díganme de qué más quieren que les hable ¡denme ideas!

Nos leemos la próxima semana. Con cariño, Gina

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