Encontré este video de Andrea Parra, abogada, activista y tallerista colombiana que se desempeñó como directora del , una clínica jurídica de derechos humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes que realiza acciones de incidencia legal y política en contra de la discriminación con base en discapacidad, orientación sexual e identidad de género.

Me parece una gran intervención que cuestiona la contraparte de la discriminación: el privilegio. Mucho se escribe sobre las maneras en las que los sistemas de género, clase, raza, etc., perjudican a las personas. Cómo, por el hecho de ser mujer, por ejemplo, una persona puede perderse de oportunidades laborales (por todo lo que se asume que puede/debe o no hacer por “ser mujer”). Sobre cómo, por el hecho de tener una discapacidad, las personas resultan excluidas de una infinidad de actividades sociales (desde poder salir a caminar en paz, hasta ir al cine o tener control sobre sus vidas). La contraparte que muchas veces queda fuera (al menos en los medios mexicanos que yo leo), es la de quienes se benefician de estos mismos sistemas. Los que gozan de una serie de privilegios, por el solo hecho de pertenecer a una clase social, por el solo hecho de tener un color de piel, un género, etc.

Es una conversación sumamente necesaria, porque pasa por desmoronar el mito de que, quienes están en un lugar de éxito (quienes tienen dinero, quienes tienen trabajos «extraordinarios», quienes tienen ciertas casas, quienes están en la cima del poder político, etc.), se lo deben todo exclusivamente a la labor ardua que realizaron. Que tienen lo que tienen porque «se lo merecen», por lo «talentosos y trabajadores» que son. Hablar de privilegio también implica que no se puede atribuir estas «bendiciones» a la «fortuna», como si le pudieran «pasar a cualquiera». No: el «éxito» no le pasa a cualquiera. La gran mayoría de las personas que están en la «cima» del poder económico, político, mediático, etc., tienden a tener un color de piel, un género, tienden a provenir de una clase social, de ciertos lugares, de ciertas nacionalidades, etc. La pregunta es: ¿cuándo se reconocerá? Y, una vez que se reconoce: ¿qué se hará con ello?

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