El próximo martes se conmemora el «Día Internacional de la Mujer». El propósito de este «día» es reflexionar sobre el estatus de los derechos de las mujeres, en cada uno de los distintos contextos políticos y sociales en los que se encuentran. ¿Las leyes de sus países o localidades reconocen sus derechos? ¿Los derechos reconocidos en papel, se respetan en la práctica? ¿Cuáles sí, cuáles no, en qué medida y por qué?

Como he escrito en , en México el problema con los derechos de las mujeres no es su falta de reconocimiento en el texto de «la ley». Por supuesto que la Constitución y múltiples tratados internacionales garantizan, desde hace décadas, «la igualdad» en «derechos» y «oportunidades». Pero, respondamos con honestidad: ¿cuándo el que la Constitución reconozca un derecho ha llevado a que se respete automáticamente en los hechos? ¿Cuándo la ratificación de un tratado internacional de derechos humanos ha transformado, en un cerrar de ojos, la realidad? Desde esta óptica, el problema con los derechos de las mujeres es similar al de muchos otros derechos en el país: hacer que en la práctica se ejerzan efectivamente.

Este «día» podría ser una oportunidad perfecta para pensar de qué depende que las mujeres puedan ejercer efectivamente sus derechos. ¿Qué factores contribuyen a que sus derechos sean violados? ¿En qué contextos? ¿De qué manera? Y, fundamental: ¿qué se puede hacer para remediar estas violaciones? ¿Qué clase de reformas institucionales se tendrían que emprender? ¿Qué clase de políticas públicas se tendrían que desarrollar? ¿Qué clase de trabajo comunitario se podría hacer? ¿Qué clase de grupos se podrían organizar?

Si bien hay excepciones, no deja de ser preocupante ver cómo este «día», en la práctica, parece haberse convertido en lo opuesto a lo que se quería. En lugar de reflexionar sobre el estatus de los derechos de las mujeres, se utiliza para «celebrar» a las mujeres. Y, claro: por lo general esta «celebración» se hace de la forma más estereotípica posible. Se alaba su ¡belleza!, en lugar de pensar en lo problemático que es, por ejemplo, que en muchos contextos laborales se les sigua exigiendo a las mujeres que se vean de cierta forma («lindas», «femeninas», «maquilladas», «en falda y tacón»), so pena de perder el trabajo. Se les admira por ¡ser luchonas! Cuando bien se podría cuestionar por qué diablos tienen las mujeres que «luchar» tanto por sobrevivir. Se maravillan de cómo ¡criaron a 5 hijos mientras malabareaban 3 trabajos! En lugar de cuestionar qué sistemas de cuidado podrían diseñarse y cómo las estructuras laborales podrían reformarse para que nadie tenga que vivir así. El foco está en las mujeres, en lo individual, cuando debería estar más bien en el contexto en el que viven. Ese contexto que condiciona el ejercicio de sus derechos. Se borra la dimensión estructural de la discriminación por género y lo único que queda es la mujer, sola con sus mil virtudes. Corrección: con «sus virtudes de mujer». (¡Madre ejemplar, esposa amorosa, amante sensual!)

Si bien veo como algo positivo que este «día» sirva para que se desarrollen una serie de acciones «a favor de los derechos de las mujeres», creo que hay que vigilar con sumo cuidado cuáles son las acciones que se están implementando. Decir que se está «a favor de los derechos de las mujeres» no basta. Hay que preguntarse: ¿cómo se entienden estos derechos? ¿Como privilegios o fundamento de un trato «especial»? ¿O se entienden como cualquier otro derecho humano? ¿Cuál es la concepción que se tiene de las mujeres? ¿Es estereotípica? ¿Esencialista? ¿Diversa? ¿Cuáles son el tipo de problemas que se identifican y que se abordan? (¿Se habla de los feminicidios? ¿De la discriminación laboral? ¿De los derechos reproductivos?) ¿Cuáles son las soluciones que se proponen? ¿Son sistémicas o individuales? ¿Pretenden «arreglar a la mujer» para que se adapte mejor al sistema o buscan transformar el sistema? (¿Ofrecen para las mujeres o buscan que la imagen ya no condicione el trabajo de las mujeres? ¿Les regalan electrodomésticos o buscan transformar los sistemas de cuidado y la relación entre «la familia y el trabajo»?)

Unas compañeras han propuesto utilizar el hashtag #8MCambiaElSistema para denunciar cómo ciertas instituciones (particularmente las gubernamentales) están «conmemorando» el Día Internacional de la Mujer. Una manera de hacer esto es, por ejemplo, subiendo a las redes los pósters o las invitaciones a eventos que se están organizando. Extiendo esta invitación a quien tenga interés en reflexionar sobre cómo las instituciones, los gobiernos y las personas contribuyen o no al ejercicio efectivo de los derechos. En otras palabras: a hacer que este «día internacional de la mujer» sirva de algo.

P.D. una guía de lo que no hay que hacer en este «día». una breve historia sobre este «día». Y aquí algunas de las imágenes «problemáticas» a las que me refiero:

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