El martes pasado, a la hora de la comida, Andrea Noel caminaba por las calles de la colonia Condesa en la Ciudad de México. Y, de la nada, un hombre que le llega por atrás le sube la falda, le baja los calzones y se va corriendo.

     

Es la historia de siempre. Una mujer va caminando, en su mundo. Pensando en… qué sé yo. Lo que va a comer, una junta que tuvo, el lugar al que va, un pendiente que tiene que hacer. Lo que sea que una persona piensa cuando va caminando. Y en eso un hombre decide irrumpir su paz. La toca sin su consentimiento. Le sube la falda y le baja los calzones. La expone. Y se va corriendo. ¿Por qué? Porque puede.

La ironía, que la misma Noel señaló, es imposible de ignorar: esto ocurrió en el Día Internacional de la Mujer. Esto ocurrió en el mismo día en el que la policía capitalina rosas a las transeúntes para «celebrarlas». ¿Cuáles son las posibilidades de que los mismos policías que consideran adecuado regalarles una rosa a las mujeres en la calle, entiendan el problema del acoso? ¿Cuáles son las posibilidades de que un gobierno que cree que «» a sus ciudadanas con la mera presencia del Jefe de Gobierno en un evento conmemorativo, responda adecuadamente a sucesos así? Si el Día Internacional de la Mujer es un indicativo de cómo los gobiernos ven a las mujeres, con razón están las cosas tan jodidas. ¿Por qué creería un hombre que está mal acosar si el gobierno mismo se encarga de exaltar a las mujeres como las criaturas más bellas que hay? ¿Si el mismo gobierno cree que son «suertudas» de tener a un hombre como Mancera dignándolas con su presencia?

Desde que denunció el acoso, Noel culpándola de lo que le ocurrió. «Maldita perra», dice uno. «Las mujeres deberían de estar en sus casas, cuidando a sus hijos. Si ese hombre hizo algo fue porque tú lo provocaste usando ese vestido tan corto. Es tu culpa y espero que a la próxima no sólo te hagan eso, sino que te violen para ver si así aprendes tu lugar como mujer. Puta.» No me sorprendería descubrir que este hombre cree que el mejor cumplido que le puede dar a una mujer es decirle que es una madre increíble y que es lo más bello que hay. La pregunta es: ¿hasta cuándo vamos a entender que todo está relacionado? ¿Que «la puta» y «la madre» son parte del mismo sistema de género? ¿Caras de la misma moneda?

A pesar de todo, este caso sí tiene un componente extraordinario. Noel consiguió lo que la gran mayoría de las mujeres nunca van a conseguir: un video que muestra lo que le pasó. ¿Mujeres que viven acoso? Es algo de todos los días. ¿Mujeres denunciando acoso? Cada vez es más común. ¿Una comunidad que le cree a esas mujeres y que se indigna? Para que llegue al grado al que está llegando la indignación, aparentemente se requiere un video. Un video que muestre lo que miles de mujeres saben: que sí, que es así de fortuito, innecesario, indignante, enervante y violento. Espero que, aunque sea por esto, las voces que condenan la violencia finalmente le empiecen a ganar a las que la justifican. Que sean más las personas que lo dicen claramente: el acoso está mal. Punto. Y nada, nunca lo justifica.

Mi solidaridad con Andrea.

No estás sola.

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