Durante 2013, nueve familias lesboparentales de varios estados de la república registraron a sus hijos e hijas con el apellido de ambas, tras una negociación entre el registro civil del Distrito Federal y la comisión local de derechos humanos. Ahora, una de esas parejas ha enfrentado homofobia institucional y dilación administrativa debido a la resistencia del aparato burocrático de servir respetando los derechos humanos. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se negó a emitir los pasaportes de sus dos hijos, por negarse a reconocer el hecho de que Ana y Criseida son genuinamente madres debido a las técnicas de reproducción asistida: .

En agosto de 2013, como parte de su activismo sobre la maternidad lésbica, Ana y Criseida fueron una de las 12 familias de diversas regiones del país que cambiaron el acta de sus hijos e hijas para que se reconociera legalmente la maternidad de la que no había sido la gestante. En el caso específico de Ana y Criseida, significaba incluir los apellidos de Criseida, mujer que aportó material genético en la gestación, para que tuviera potestad sobre sus hijos. El cambio implicaba reconocer una realidad y actuar conforme a los más altos estándares protectores de derechos humanos, con esta medida los hijos de Ana y Criseida ahora tienen legalmente dos madres, como efectivamente ocurrió gracias al proceso de reproducción asistida.

Este año Criseida se ganó una beca en el extranjero y comenzó los preparativos de mudanza con toda su familia, lo que incluyó la renovación de los pasaportes de sus hijos.  En mayo acudió a la delegación de la SRE en la delegación Cuauhtémoc para la renovación de los pasaportes, sin embargo se negaron a tramitarlos alegando que faltaban las actas de nacimiento anteriores. La SRE solicitó una revisión al registro civil, el cual tardó poco más de un mes en resolver. El 19 de junio recibió una respuesta afirmativa.

Vale la pena mencionar, que de acuerdo con el testimonio a Criseida, la discriminación fue efectivamente vivida desde el momento en el cual el guardia permitió el acceso sólo a una madre y solicitó la presencia del padre.  Al ver que el acta de nacimiento tenía los apellidos de las dos desconfiaron de la validez del documento y la autoridad de la SRE solicitó que el registro civil hiciera anotaciones marginales. Ellas se negaron, alegando que las distinciones tales como hijo adoptado, reconocido o natural era discriminatorio, ¿por qué habría que anotar en el acta de nacimiento que sus dos hijos tienen dos madres?

La SRE recibió la respuesta del registro civil, pero no le bastó ni la validez oficial reconocida ni la buena fe de las dos mujeres, les informó que el área de normatividad realizaría una investigación para asegurarse de que no existía una duplicación de identidad. Es decir, para la SRE seguía existiendo una identidad de ambos niños donde sólo tienen los apellidos de una de sus madres y por alguna razón la secretaría sospechaba que Ana y Criseida querían duplicarla. El área de normatividad de la SRE volvió a solicitar una confirmación de validez al registro civil. En ese punto se rompió la paciencia de Ana y Criseida y recurrieron al apoyo de CONAPRED y abrieron una petición de Change.org con la etiqueta de #TambiénSonMexicanos.

El trato que dio la SRE a Ana y Criseida es sin duda discriminatorio y se manifiesta en un acto de dilación administrativa, además preocupa notoriamente que vaya en contra del interés superior de la infancia y que con sus acciones niegue el derecho a una nacionalidad a estos niños. Afortunadamente, por la presión en redes sociales y por las medidas precautorias del CONAPRED, la SRE entregó los pasaportes el día de hoy.

Los vacíos legales en materia de reproducción asistida no se limitan a la regulación de las técnicas o el reconocimiento de la gestación subrogada altruista y  remunerada, sino también a  la filiación de los bebés nacidos gracias a estos procedimientos. El Estado debe responder asegurando los derechos humanos y el interés superior de la infancia.

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