En cuestión de instalaciones públicas, una de las ventajas de Beijing sobre la ciudad de México es la gran cantidad de baños públicos distribuidos por toda la ciudad. Cierto es que algunos no huelen nada bien, o que la inmensa mayoría no son de retrete, sino de una especie de letrina de mosaico, eso sí, con drenaje funcionando y agua. Pero aún así, es mucho mejor tenerlos, que no tenerlos.

La semana pasada, la Administración Nacional de Turismo de China dio a conocer que se revisarán las normas de construcción de los sanitarios en zonas turísticas, para que este año sean renovados con retretes de estilo occidental, jabón, televisores de pantalla grande, conexión a internet inalámbrico (wi-fi), cajeros automáticos e incluso sofás para relajarse.

Honestamente, me parece una exageración. Ya es bastante con que estén limpios y tengan jabón y papel higiénico. Yo, al menos, no pido más.

Pero no todos los sanitarios públicos de Beijing serán candidatos a tan ambiciosa remodelación. En el área central de Beijing, la zona al noreste y noroeste de la Ciudad Prohibida, se extienden unas callejuelas angostas flanqueadas de construcciones grises, tradicionales, de techos de teja de dos aguas, puertas de madera y dragones de piedra flanqueando las entradas. A estas arterias se les conoce como “hutong”. Se dice que el término “hutong” data de la dinastía Yuan, cuando los mongoles dominaban Beijing, y hoy en día son tremendamente populares entre los turistas y los extranjeros avecindados en la capital china.

Es muy “cool” que uno, como extranjero, viva en uno de estos hutongs, porque hay muchos bares y pequeños restaurantes, tienditas, comercios tradicionales, boutiques, en fin, que es la crema y nata de la escena hipster de Beijing (sí, acá también se da esa tendencia).

Corre el mito urbano de que hasta antes de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, la gente solía hacer sus necesidades al aire libre, sobre todo en las áreas de hutongs. Sea o no verdad, lo cierto es que ahora hay decenas de sanitarios públicos en estas calles angostas, pestilentes, la mayoría, y ni uno cuenta con retretes de estilo occidental, jabón o toallas para las manos, pero al menos son un lugar específico al que acudir durante una emergencia.

Las remodelaciones a los baños públicos no creo que lleguen hasta los hutongs, pues aunque miles de extranjeros, residentes y turistas, los invaden día y noche, no son considerados zonas oficialmente turísticas. Muchos de los chinos que ahí residen son de escasos recursos (para algunos extranjeros, el encanto de estos barrios consiste en las costumbres más vernáculas de los chinos, como tender su ropa al sol, a secar, en plena calle, en lazos que van de un poste a un árbol, por ejemplo), y los baños públicos de los hutongs no son considerados como servicios para turistas, sino para los mismos pobladores.

Las nuevas normas para los baños están destinadas a atracciones turísticas y sus zonas aledañas, incluyendo las paradas de autobús, las estaciones de metro y los centros comerciales.

Eso sí, los baños de las estaciones de metro, se cuecen aparte. Siempre cuentan con papel higiénico, cosa que no ocurre con los de las calles, y están bastante limpios (no podemos ser muy exigentes, si consideramos el uso rudo al que están sometidos).

Un funcionario de turismo dijo a los medios chinos que este año se invertirán cerca de 200 mil dólares en la renovación de baños públicos de lugares turísticos. Es una campaña ambiciosa, pero el sólo hecho de que existan los sanitarios públicos, en primer lugar, ya es señal de que las urbes chinas van en buen camino, en lo que a servicios para sus pobladores se refiere.

Las letrinas que les comento, no son hoyos malolientes con moscas revoloteando, como muchos se han de estar imaginando. Son simplemente baños a ras del suelo, (es decir, no hay una estructura para que el usuario se siente) y la persona únicamente se coloca de pie, sobre una superficie de mosaico, que no es resbaladiza, y está la mayoría de las veces limpia, y para hacer las necesidades, se adopta la posición en cuclillas.

El recubrimiento de azulejo no sólo abarca la parte donde uno se para, sino que está así también en la parte donde fluye el drenaje y los desperdicios. El punto es que no son una abominación, simplemente es cuestión de acostumbrarse a cambiar de postura. Sobra decir que todos estos sanitarios son totalmente gratuitos.

La noticia de la renovación me alegra, aunque me alegraría más que existieran baños públicos, limpios y gratuitos en la Ciudad de México. Y en todos lados, como en Beijing, no sólo en las zonas turísticas. Mientras mi sueño se hace realidad, vamos a tener que seguir siendo asiduos visitantes del Sanborns.

Google News

Noticias según tus intereses