Por Sofía Viguri, de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del Banco Interamericano de Desarrollo

A Tegucigalpa le falta una mitad. Reconocida globalmente como el núcleo administrativo de Honduras, poca gente sabe que en realidad, esta capital se encuentra conformada por las ciudades “gemelas” de Tegucigalpa y Comayagüela, separadas tan solo por el Choluteca, un río que serpentea por la capital de Sur a Norte. Pero más que gemela, en el imaginario colectivo Comayagüela ha sido estigmatizada ya que en ella se ubica la mayoría de las viviendas de menores ingresos, gran parte de las maras, las zonas más expuestas a inundaciones y muy pocos espacios públicos para el esparcimiento –tan sólo 2% del suelo en su centro histórico es dedicado a espacios verdes–.

La equidad social es uno de los temas que ha surgido como prioritarios para el desarrollo sostenible de la ciudad, según los indicadores y filtros que la  ha aplicado para la elaboración del Plan de Acción para Tegucigalpa y Comayagüela (2016). Otros datos que nos han sorprendido en este ejercicio de diagnóstico incluyen:

1.- Inequidad social y vivienda

La capital cuenta con 17 mil viviendas desocupadas. En el centro histórico de Tegucigalpa, detectamos que un cuarto de las residencias están en esta situación, como producto de la falta de restauración edificatoria tras el azote del huracán Mitch en 1998. Esto representa una oportunidad perdida para paliar el déficit habitacional –actualmente, poco más del 10% de la población vive en condiciones de hacinamiento–.

2.- Seguridad ciudadana

Según una encuesta de opinión pública, 44% de los hogares consideran que su barrio es ahora más inseguro que antes; dos de cada tres hogares de estrato socioeconómico medio paga servicios de seguridad privada, proporción que se eleva a cuatro de cada cinco en estratos altos.

3.- Agua y saneamiento

Entre todos los problemas, el más agudo es el del agua. La continuidad de este servicio se encuentra garantizada menos de 4 horas al día y tan solo 47% de las viviendas cuentan con conexión domiciliaria al sistema de alcantarillado. A esto se agrega la degradación de uno de los activos ambientales más importantes de la ciudad: el Río Choluteca, el cual recibe las aguas residuales sin tratamiento desechadas por nueve de cada diez industrias en la capital.

¿Cómo potenciar la colaboración para resolver los desafíos de las ciudades?

Tras finalizar el diagnóstico y priorización de los temas que demandan soluciones urgentes, ahora nos encontramos en una etapa de planeación estratégica: ¿cuáles son las intervenciones con mayor potencial para detonar una ciudad más inclusiva, segura y con un buen manejo de los recursos hídricos? Frente a un escenario así, es fácil caer en la trampa del discurso desarrollista, que tan sólo ve en las grandes obras de infraestructura y programas millonarios de alivio a la pobreza la solución a los problemas.

Sin embargo, en la ICES cada día estamos más convencidos del tremendo valor de abrir espacios a ideas que se apartan de los paradigmas convencionales de planificación y gestión de las ciudades. Proyectos como el concurso  para la Ciudad de Panamá y las actividades participativas en Tegucigalpa a través del , son motores de inspiración para las propuestas que presentamos a los alcaldes de ciudades intermedias en la región.

A través de estos espacios hemos comprobado que una buena plataforma de colaboración, sazonada con una dosis sana de competencia, puede ser el mejor vehículo para construir ciudades desde abajo, captando valioso talento en el proceso. Hemos descubierto personas que conocen cada recoveco de su barrio, que tienen las ideas y las energías para hacer intervenciones autogestivas, pragmáticas, incisivas, con impactos inmediatos en el entorno y las percepciones ciudadanas. Un ejemplo que nos encanta compartir es la instalación de un cine al aire libre en el estacionamiento del antiguo Cine Claimer, el cual fue facilitado por los propios jóvenes de la ciudad; el pasado mes de agosto, ahí se transmitió Drácula (Francis Ford Coppola, 1992).

¿Cómo se utilizarán los datos abiertos en Tegucigalpa?

El  es una oportunidad para continuar este proceso de ingenio y participación en Tegucigalpa. Los  ofrecen una modalidad de trabajo colaborativo y multidisciplinario, a través del cual los ciudadanos unen fuerzas para dar respuesta a los problemas que les interesan o para aprovechar oportunidades que han identificado a su alrededor. Todo ello en un ambiente motivador que pretende cerrar la brecha entre las ideas y las acciones.

Usando las bases de datos de la Alcaldía de la Ciudad y de la ICES, podemos comenzar a “picar piedra” en temas que parecen abrumadores; ¿qué tal un app para denunciar vertidos ilegales en el río? ¿alguna forma de organizar brigadas para pasear por la noche en el centro de la ciudad? Los invitamos a que echen a volar la imaginación y nos ayuden a nutrir de energía creativa nuestra visión para una capital integrada, socialmente amigable y ambientalmente sana.

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