Por Vera Penêda, Gerente de Comunicación de THP-México

“Son siempre los hombres que toman las decisiones,” comentan las asistentes al  taller de mujeres rurales en comunidades del municipio de Tampamolón Corona, San Luis Potosí. Las mujeres campesinas tienen dentro de sus tareas cotidianas aquellas relacionadas con la agricultura, la producción, la artesanía, pero lamentablemente no tienen los recursos necesarios ni la voz para poder garantizar su bienestar y el de sus familias y comunidades. Las mujeres frecuentemente se dedican a las labores del hogar y la familia, sin remuneración, tiempo libre o reconocimiento. En México, las mujeres rurales trabajan 89 horas semanales, 31 horas más que los hombres, pero el 38% de las mujeres campesinas no tiene ingresos propios frente al 14% de los hombres en América Latina y el Caribe.

Esta semana celebramos tres días reconocidos por las Naciones Unidas que resaltan el papel esencial de las mujeres rurales en el desarrollo en México y toda Latinoamérica como impulsoras del desarrollo rural sostenible y la erradicación del hambre y la pobreza. El 15 se señala el , el 16 se celebra el y enseguida, se marca el el 17 de octubre.

Este año les compartimos cinco puntos clave para promover un contexto favorable que podrá detonar el empoderamiento y liderazgo de las mujeres rurales.

  • Reconocer que la mujer campesina es sujeta de derechos: La desigualdad de género es la principal razón por la que ellas no acceden ni ejercen sus derechos humanos básicos, como por ejemplo el derecho a la alimentación, de acceso a agua y saneamiento, educación y salud, y una vida libre de violencia. La falta de acceso a las mismas oportunidades que los hombres es una violación de los derechos humanos de las mujeres rurales.
  • Reconocer el papel de la mujer rural en el derecho a la alimentación: De cumplirse los derechos de las mujeres rurales se podría producir entre 20-30% más de alimentos, por lo que es urgente reconocer su aporte en asegurar el derecho a la alimentación, la producción de alimentos y la adaptación al cambio climático. El mundo no logrará erradicar el hambre y la pobreza extrema sin garantizar a las mujeres los recursos necesarios - como acceso a la tierra -  para lograr el derecho a la alimentación.
  • Promover el empoderamiento económico de las mujeres: Las mujeres rurales son agentes clave en el desarrollo  económico, social y ambiental de sus comunidades. Por lo tanto es clave que cuenten con acceso a la educación, empleos dignos y los ingresos necesarios para garantizar su bienestar.
  • Promover la participación política de las mujeres rurales: Es igualmente urgente que las políticas públicas promuevan el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres rurales. La gran mayoría de las políticas públicas vigentes distribuyen recursos financieros con un enfoque asistencialista sin generar los cambios necesarios a largo plazo. También  discriminan a las mujeres considerando sus actividades como marginales y relegando a las mujeres a la esfera doméstica. Por lo tanto, es necesario que las mujeres participen activamente en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las políticas dirigidas a ellas.
  • Reconocer el papel central de las mujeres rurales en la implementación de la Agenda 2030: el año pasado el gobierno mexicano tomó el compromiso de avanzar hacia la igualdad de género y los derechos de las mujeres, temas transversales en la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los objetivos destacan las metas de poner fin al hambre y erradicar la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo, y proclaman la necesidad de alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas para lograr un mundo libre de hambre y de pobreza extrema. La bandera de los ODS es que nadie se quede atrás en materia de desarrollo sostenible, sobretodo las mujeres y niñas en todo el mundo, incluyendo las mujeres rurales.
  • Actualmente hay 12.3 millones de mujeres rurales en nuestro país; seis de cada 10 viven en la pobreza. Aunque viven en un entorno social, económico y ambiental complejos, las mujeres luchan para hacer frente a estos retos. Lo que hace falta es la oportunidad y el contexto propicio para conocer sus derechos y apoyarlas en su lucha cotidiana por eso les invitamos a sumarse a la campaña 17 Días de Activismo por el Empoderamiento de las Mujeres Rurales.
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