Varios son los temas alrededor del primer encuentro bilateral entre Trump y Putin. Primero, está la importancia de la reunión en sí misma. Segundo, el cómo se abordaron las acusaciones estadounidenses sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de aquél país y todo lo que esa situación implica para efectos de política interna en Estados Unidos y de política internacional. Y luego, hay toda una serie de asuntos en los que, al margen de esas acusaciones, las dos superpotencias necesitan avanzar con absoluta urgencia. Esto incluye cuestiones como Siria, Ucrania y Corea del Norte. ¿Qué sabemos de la reunión? ¿Qué se ha comentado acerca de ella dentro y fuera de Estados Unidos? ¿En qué aspectos se puede decir que hubo progreso y en cuáles no?

 

Importancia encuentro en sí mismo
1. Un primer aspecto que debe destacarse (y no siempre se hace lo suficiente) es la importancia del encuentro en sí mismo. Independientemente de nuestra opinión personal acerca de Trump o acerca de Putin, hay en el fondo un enorme valor en el solo hecho de que los líderes de las dos superpotencias se sienten y conversen. Es verdad que las diferencias en gran cantidad de asuntos, pueden obstaculizar avances en otros. Pero también es verdad que cuando se establece un canal de comunicación, se abre el abanico de opciones para, si no resolver, al menos avanzar en una agenda demasiado cargada y conflictiva.
 
2. En ese sentido, hay amplios reportes acerca de la buena “química” personal que se produjo, prácticamente desde el principio, entre ambos mandatarios. Tillerson, el Secretario de Estado de EU, fue muy veloz en relatar a los medios cómo es que “no querían dejar de hablar” y cómo es que Melania, la esposa de Trump, entró a la sala a recordar a ambos mandatarios que estaban retrasados, pero que incluso después de ello, la reunión duró todavía una hora más.
 
3. Obviamente, bajo las circunstancias actuales en las que hay sospechas sobre una posible relación de colusión entre Trump, o miembros de su equipo, con funcionarios rusos, cualquier proximidad entre Trump y Putin contribuirá a alimentar dichas sospechas en muchos actores. Pero más allá de ello, como lo explico abajo, hay demasiados temas en los que, de no existir avances sustanciales entre Moscú y Washington, las consecuencias pueden ser sumamente delicadas. De forma que el establecimiento de un puente entre ambos mandatarios no es en sí mismo algo negativo.
 
4. Hay, por supuesto, distintas visiones sobre esta reunión en particular. De un lado, en varios análisis se presenta a un Trump demasiado inocente, ampliamente rebasado por Putin, lo que eventualmente dañaría los intereses estratégicos de Washington. Del otro lado, hay quien reporta que Trump salió bastante bien librado de este primer encuentro y que, gracias a ello, es posible empezar a pensar en resultados concretos que importan.
 

Las acusaciones de injerencia rusa en elecciones de EU

1. Este tema era fundamental para el presidente estadounidense por lo siguiente: (a) Todas las agencias de inteligencia en EU aseguran contar con evidencias de la interferencia de Rusia en las elecciones; (b) Más allá de la validez o no de esas evidencias, se está presentando pública y sonadamente un caso de violación a la soberanía de un estado, y se asigna la atribución de esa violación a otro estado; (c) Repito, al margen de la validez de las evidencias, la mayor parte de los actores que cuentan con peso e influencia en Washington –congresistas, senadores, funcionarios de todos los niveles, medios y opinión pública en general-, dan por buena la versión ofrecida por las agencias de inteligencia; (d) Por consiguiente, lo menos que esos actores esperan del mandatario de la nación víctima del ataque, es una respuesta contundente que haga rendir cuentas al supuesto agresor.
 
2. Al respecto, hay dos distintos relatos. De un lado, Putin afirma que, en efecto, el tema fue abordado por Trump, pero dice haber negado cualquier involucramiento ruso en las elecciones de EU. Putin afirma que, en lo que le fue posible, dio detalles a Trump, y que “le dio la impresión de que sus respuestas satisficieron” al presidente estadounidense. Del otro lado, el equipo de Trump presenta una reunión en la que Trump empujó e insistió sobre el tema una y otra vez, no mostrándose nunca satisfecho con las respuestas de Putin, tema que “se llevó una hora” de la junta. Pero que era ya necesario avanzar en otras cuestiones. El mensaje de Trump es que más allá de las culpas, había que “move forward”, o sea, caminar hacia adelante.  
 
3. Para muchos, sin embargo, la propuesta de “ir hacia adelante” implica darle la vuelta a la página, y dada la dimensión del ataque, no es una respuesta aceptable.
 
4. Desde esas críticas, el aspecto más negativo del encuentro Trump-Putin, es que la reunión no hizo nada por disminuir las sospechas de una posible colusión o colaboración entre Moscú y el mandatario estadounidense o su equipo. 
 
5. Por lo tanto, en las semanas y meses que siguen, vamos a seguir escuchando mucho acerca del “Russiagate” con  sus tres vertientes: (a) Los posibles contactos o relaciones que el equipo de campaña o miembros de la administración Trump hubiesen podido tener con funcionarios rusos antes de la toma de posesión del presidente, sobre todo, en materia de posibles concesiones a Moscú como la liberación de sanciones; (b) la posible obstrucción de justicia por parte de Trump, o miembros de su equipo, en relación con esa y otras cuestiones; y (c) el reconocimiento (sea con razón o sin ella, pero sí de manera clara y abierta) por parte de prácticamente todos los actores –salvo Trump- de que Rusia intervino directamente para incidir en las elecciones estadounidenses y que por lo tanto, hay que responder ante esa agresión.
 
6. ¿Significa eso, sin embargo, que la reunión fue completamente improductiva? No lo creo. En una relación tan complicada como la de Rusia y Estados Unidos, se requiere establecer rutas o vías paralelas. En algunas de estas vías se puede diferir, se presentan obstáculos, se choca o se detiene el progreso. Pero de manera simultánea, es posible caminar a través de otras rutas a fin de conseguir si no grandes, por lo menos pequeños resultados que ofrezcan avances limitados. Siria es un ejemplo.

 

Siria, cese al fuego limitado

1. El cese al fuego anunciado poco antes de la reunión Putin-Trump no es el primero de su tipo en Siria. Tampoco se trata de un cese al fuego total o que ponga fin a la guerra siria. Se trata, más bien, de un cese al fuego parcial, limitado al suroeste de ese país, cuya eficacia aún está por verse. Sin embargo, el acuerdo importa y no poco.
 
2. Importa, primero que nada, porque cualquier cese al fuego en una guerra tan prolongada como la siria es algo positivo y, si se logra estabilizar, podría sentar las bases para acuerdos de mayor alcance.   
 
3. Pero importa mucho más porque tanto EU como Rusia se encuentran operando militarmente en Siria y durante las últimas semanas habíamos observado un considerable deterioro en la comunicación entre ambas superpotencias. Washington ha atacado varias veces al ejército sirio, aliado de Moscú. En lo que representó quizás el incidente más grave, EU derribó un avión militar sirio, provocando la ira del Kremlin. Moscú respondió amenazando con derribar cualquier aeronave que sobrevolara el espacio que esta superpotencia controla (que es una grandísima parte de Siria), y desactivó el mecanismo de coordinación que mantenía con Washington para evitar cualquier roce entre los aviones de combate de ambas potencias.
 
4. En estos momentos, no solo se restablece la comunicación Washington-Moscú al más alto nivel, sino que se logra avanzar incluso más allá, acordando un cese al fuego parcial, comprometiendo a distintas milicias y actores apoyados por ambas superpotencias o sus aliados.
 
5. Si este tema sigue progresando, ojalá, podríamos pasar de donde estábamos hace solo dos semanas (riesgos elevados de choque indirecto y hasta directo entre Moscú y Washington), hacia nuevas ventanas de oportunidad para detener el conflicto sirio. No es poca cosa.
 
6. Dicho lo anterior, es necesario resaltar que para que esto fructifique de manera más clara, Washington tendrá que ceder cada vez más espacio para que sea Moscú quien diseñe los escenarios en Siria a favor de sus propios intereses. Ese es un paso que Trump parece estar dispuesto a dar. Pero hay muchos actores en Washington (dentro y fuera de la Casa Blanca, incluido el Secretario de Defensa, el Consejero de Seguridad Nacional y el propio vicepresidente Pence) que no comparten la visión de la Pax Trumpiana para Siria. Así que habrá que ver cómo caminan las cosas. Por lo pronto hay que reconocer el valor de que EU y Rusia sigan conversando al respecto.

 

Otros temas: Ucrania, OTAN, Corea del Norte…

1. Hay otros asuntos en las relaciones EU-Rusia en los que los avances brillan por su ausencia, y la reunión Trump-Putin no hizo nada por generar otra impresión.
 
2. Uno de esos asuntos es Ucrania, tema en el que las visiones parecen irreconciliables. Rusia se ha anexado Crimea, parte integral del territorio que es internacionalmente reconocido como ucraniano y no hay señal alguna de que ese territorio será devuelto a Kiev. Asimismo, Rusia apoya una rebelión separatista en el este de Ucrania de la cual Putin tiene una perspectiva que es claramente diferente no solo de Kiev, sino de la mayor parte de actores en Europa y en Washington. Esta cuestión, a su vez, ha detonado nuevos temores acerca de las metas de Putin para con Europa Central, lo que ha escalado el nivel de enfrentamiento entre Rusia y la OTAN.
 
3. Trump intentó ser claro a lo largo de la gira acerca de la posición de Washington, opuesta a Moscú, al respecto de esta serie de asuntos, posición que ha sido incluso enfatizada con mayor fuerza por Tillerson en su visita a Kiev.
 
4. Otro tema en el que no hubo avance alguno es en el de Corea del Norte, asunto que abordé en mi último artículo en este diario. Como expliqué ahí “Putin ha sido muy hábil en insertar la cuestión norcoreana dentro de su propio enfrentamiento con Estados Unidos, y ha ofrecido a Kim apoyo (por el momento limitado) económico y diplomático, el cual ha sido útil, cuando menos, en dejar en claro que si China falta, el Kremlin podría salir al rescate.”. Para Trump, el asunto norcoreano es de la mayor relevancia y la reunión no parece haber contribuido a desatorar sus diferendos con Putin al respecto.

 

En suma, independientemente de quién y cómo relate el encuentro Trump-Putin, hay un valor importante en el solo hecho de que el encuentro se haya dado y en establecer canales de diálogo directo entre ambos mandatarios. Esto ha tenido logros específicos en algunos temas, aunque claramente hay otros donde el enfrentamiento va a persistir. Así que hay la necesidad de desarrollar vías paralelas en cada uno de los asuntos, sabiendo que las críticas internas en EU y las investigaciones acerca de la potencial injerencia rusa en las elecciones estadounidenses o la potencial colusión entre Trump y su equipo con funcionarios rusos van a continuar. Pero al mismo tiempo, hay que estar conscientes de que una comunicación fluida entre ambas superpotencias se ha vuelto hoy más indispensable que en muchas décadas.

Twitter: @maurimm

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