75 relojes. Cada uno costará 980 mil de dólares o 24 mil 500 dólares por gramo. ¿Por qué? Primero, porque el RM 50-03 McLaren F1 es una pieza con récord: el tourbillon cronógrafo split-seconds más ligero del mundo, con un peso de 40 gramos.

No estorba que su apellido sea McLaren y que haya surgido de la colaboración entre Richard Mille y la escudería McLaren-Honda de la Fórmula 1. Tampoco que sea una edición limitada, aunque es cierto que 75 ejemplares para un guardatiempo así y con ese precio parecen ser demasiados.

Otra razón es que hace 15 años, con el reloj de oro con tourbillon RM 01, Richard Mille creó una categoría por encima de las grandes firmas clásicas. Así inventó un estrato donde los millonarios se pueden refugiar en el lujo, pero de forma relajada, divertida y sport, muy acorde con el carácter del francés Mille.

Pero el factor más importante para que tenga ese precio es la inversión en tecnología y materiales que la marca ha hecho para desarrollarlo. Veamos. El reloj es de titanio y carbono TPT, pero también incluye grafeno (Graph TPT), que nunca se había utilizado en relojería.

El grafeno, según el sitio web infografeno.com, surge “cuando pequeñísimas partículas de carbono se agrupan de forma muy densa en láminas de dos dimensiones muy finas (tienen el tamaño de un átomo) y en celdas hexagonales”.

Se obtiene a partir del grafito y “es capaz de mejorar por completo las condiciones de cualquier superficie donde se aplique”, continúa el sitio. Sus cualidades son dureza y resistencia extremas, flexibilidad y ligereza. Se puede moldear muy bien y es un gran conductor del calor y la electricidad, además de que permanece estable cuando es sometido a grandes presiones. Puede servir para fabricar desde smartphones hasta aviones, satélites o edificios. También en el campo de la electrónica, pues almacena energía y puede dotar a las baterías de más duración y menos tiempo de carga, establecer conexiones más rápidas y generar electricidad a través de energía solar.

Y es un material digno de Premio Nobel: en 2010, Andre Geim y Konstantin Novoselov ganaron ese reconocimiento en la rama de Física por haber logrado aislar el grafeno a temperatura ambiente seis años antes.

El RM 50-03 se beneficia porque el grafeno es seis veces más liviano y 200 veces más resistente que el acero. La idea de usarlo le fue propuesta a Mille por McLaren-Honda, que analizan la posibilidad de integrar el grafeno en sus autos de Fórmula 1.

Los equipos de investigación y desarrollo de Richard Mille y McLaren-Honda se dieron a la tarea de encontrar la solución para incorporar el grafeno en el carbono TPT. El compuesto resultante es conocido como Graph TPT. La firma relojera tuvo que aprender a manipular el Graph TPT y a moldearlo según sus necesidades de diseño para la caja.

El mecanismo también impresiona, pues sólo pesa 7 gramos gracias al uso de titanio y carbono TPT para la platina y los puentes. A eso hay que sumarle el esqueletado de los componentes. Sin olvidar que tiene un tourbillon y ofrece la función de split-seconds.

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