Las compañías estadounidenses Google y Facebook admitieron que cayeron víctimas del phishing (estafas de suplantación de identidad).

Las dos firmas tuvieron que reconocer que fueron engañadas y como consecuencia pagaron 100 millones de dólares a un falso proveedor; ambas empresas pensaron que estaban liquidando una factura a un fabricante taiwanés, pero en realidad estaban haciendo millonario a un usuario lituano.

Se trataba de Evaldas Rimasauskas, hacker que se encuentra ya detenido por fraude, suplantación de identidad y lavado de dinero.

Google fue la primera en notar las irregularidades y rápidamente se puso en contacto con las autoridades para denunciar el delito. Por su parte, Facebook informó que recuperó una cantidad importante del dinero después de descubrir el hecho, aunque no aclaró si lo llegó a recibir todo de vuelta.

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