Los conductores europeos consideran el uso de objetos conectados al volante como la principal causa de accidentes mortales en las carreteras, por delante del alcohol, las drogas y la velocidad, pero no cambian su actitud al respecto.

Según el barómetro anual de la Fundación Vinci Autoroutes, un 57% de las personas consultadas citan la falta de atención causada por un smartphone o un GPS como motivo de accidentes mortales, frente al 52% del año pasado.

El 56% de los encuestados -frente al 62% de 2016- mencionó el consumo de alcohol y de drogas como causa de muertes al volante, mientras que un 42% citó la velocidad excesiva.

A pesar de esa toma de conciencia, los comportamientos de riesgo siguen siendo muy frecuentes.

Un 44% de los suecos, considerados una vez más como los mejores conductores del continente, confiesan utilizar su teléfono sin manos libres, un nivel comparable al de los conductores en Italia (40%), Polonia (48%) y Grecia (54%), tres países en donde, según los europeos, los conductores son los menos responsables al volante.

El uso del GPS sube en todos los países. En Alemania, segundo país en el "ranking" de los conductores más responsables, la mitad de los encuestados afirma utilizarlo mientras conduce, al igual que el 47% de los polacos, el 45% de los belgas y el 42% de los holandes, el tercer país más citado en términos de conducción responsable.

Aunque el envío o la lectura de mensajes de texto se reduce en el conjunto del continente, esa práctica aumentó en Francia y en Bélgica, respectivamente en tres puntos (29%) y un punto (30%) en un año, acercándose así al nivel de Italia (32%).

El 54% de los europeos aseguran que recurren al insulto cuando conducen, con los griegos (73%), los franceses (68%), los alemanes (66%) y los italianos (65%) en cabeza.

Un 60% de los españoles y un 58% de los griegos afirman que tocan la bocina de sus autos cuando un conductor los pone nerviosos. Y más de uno de cada cuatro polacos (26%) reconoce que baja del coche cuando tiene algún conflicto en la carretera, al igual que el 25% de los italianos y el 21% de los griegos.

A nivel continental, reina el fatalismo: más de la mitad de los europeos (51%) cree que será difícil lograr una reducción significativa del número de muertos en las carreteras, ya que éstas son siempre "peligrosas".

El sondeo, elaborado por la empresa francesa Ipsos, interrogó por internet a 12.429 personas de 15 años o más en 11 países: Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, España, Suecia, Bélgica, Grecia, Polonia y Eslovaquia. Al menos 1.000 personas fueron consultadas en cada uno de esos países.

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