La semana pasada se llevó a cabo el Concurso Nacional de Oratoria y Debate Público de El Universal : el máximo sueño de los oradores mexicanos , y el pentatlón de la elocuencia en México, por las fases que comprende: oratoria, discurso escrito, debate parlamentario, conferencia y debate presidencial. El merecido campeón fue Fabián David Ríos Temix , del estado de Tlaxcala, y en su fase de conferencia nos ofreció un tema delicado para la educación en este país: El Niño Problema.

El Niño Problema es ese alumno que nunca falta en un salón de clases : desobediente, problemático, sin aparente solución. El dolor de cabeza de los maestros. Es difícil saber cuántos son estos alumnos, pues normalmente no son detectados con alguna Necesidad Educativa Especial , porque su problema se percibe como meramente conductual . Sin embargo, son más de los que imaginamos, pues existe al menos uno en cada aula. Pero lo que realmente nos falta entender es que ellos no son un problema, sino que revelan uno: la incapacidad del Sistema Educativo para tratarlos de manera apropiada.

En la edad infantil , el comportamiento de una persona depende en mucho mayor medida de su entorno que de su propia deliberación. Es cierto, hay quienes nacen con menor disposición al estudio y a la disciplina, pero cualquiera de sus actitudes es moldeable por su contexto; así lo demostró Vigotsky en su teoría del aprendizaje sociocultural, uno de los referentes más importantes en educación y psicología cognitiva de nuestra era.

No obstante, en la mayoría de los casos, al “Niño Problema” y a su familia no se le hace ver así. Por el contrario, los maestros hacemos uso de c astigos, regaños, culpabilizaciones y deslindamiento de responsabilidades . Pero ahora, pensemos en las repercusiones negativas que esto genera. En primer lugar, creamos una niña o un niño que se va sintiendo cada vez más incomprendido, y que reacciona de manera más agresiva con su entorno porque así siente que se han comportado con él. En un segundo término, lo vamos distanciando más de la escuela, pues va perdiendo la motivación, y ello, dependiendo de su nivel socioeconómico, lo puede orillar más tarde incluso al abandono, cuando otra ocupación más interesante lo encuentre: un trabajo, una pareja, o incluso, las drogas y otros ejercicios ilegales. Sí: esos niños incomprendidos pueden convertirse más tarde en delincuentes, pero aunque no lo hagan, no merecen ser arrebatados de su felicidad por algo que no fue responsabilidad suya.

¿Qué se necesita para evitar esto? Una mayor concientización de los maestros que están al frente de aulas de clases . Pero decirlo así resulta bastante corto, pues la inmensa mayoría de los maestros comienza con esa actitud de ayuda, empatía y servicio: nadie pretende hacer fracasar a sus alumnos. Sin embargo, en la práctica son tantas y tan variadas las necesidades que se deben atender en un aula de clase, y es tan sistemático e insistente el trabajo que se debe seguir con estos niños y sus padres, que los ánimos tienden a desfallecer. Aquí lo que se necesitan son cómos: pautas y soportes para que esa concientización se concrete.

Primero, se requiere una formación magisterial mucho más profunda: en las licenciaturas de Escuelas Normales, y Pedagógicas, de Ciencias de la Educación, y otras afines. “ Atención a la diversidad ” debería ser un trayecto formativo dure todos los años de la carrera, para que progrese y abarque la complejidad que implica. Después, la formación continua debe ser mucho más reiterativa en este tema: las mismas estrategias de comunicación de la Secretaría de Educación Pública deben visibilizarlo como se ha hecho con el bullying, la desigualdad de género, y otras problemáticas sociales. En todo momento, su importancia debe estar a primera vista para quienes se dedican a la educación.

Aunado a ello, los departamentos de USAER ( Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular ) deben fortalecerse, pues son ellos los que cuentan con personal especializado en estos temas, y lamentablemente, en muchas escuelas no pueden darse abasto. Estos departamentos deben encargarse de generar expedientes a fondo de dichos alumnos , que se actualicen año con año, y que establezcan pautas y recomendaciones concretas para maestros y padres.

Es cierto que hay muchos más aspectos para medir la calidad de la educación de un país, pero mientras “los más desfavorecidos” no se atiendan y apoyen, no se puede hablar de una educación equitativa que busca el progreso de todos, sino de aquélla que replica las desigualdades sociales.

Tal vez el hombre no sea el lobo del hombre, como lo afirmó Hobbes; tal vez tampoco sea bueno por naturaleza, como lo sostuvo Rousseau; pero en todo caso, el hombre es, por naturaleza, moldeable. Algunos crecimos con la fortuna de contar con un entorno que nos favoreció más; que nos inculcó el valor del esfuerzo, de la preparación , y que nos hizo sentir motivados y especiales. Pero otros muchos no están creciendo así, y todavía no podemos señalarlos como completamente responsables de sus acciones. Actuemos en favor de ellos , y no dejemos entreabierta la ventana donde puede escapar la esperanza de quienes aún son niños y jóvenes, y que, de ser bien tratados hoy, tratarán bien a la sociedad mañana.

Posdata: Gracias Temix, por ser un ejemplo de lo que “El Niño Problema” puede superar, y por dar un vivo testimonio de las dificultades que ello implica. Al Universal por ser la plataforma que revele estas historias, y a sus autores, que generan poesía hablada. Felicidades a los campeones oradores de cada uno de los estados, y que siga viviendo la Oratoria . ( Certamen completo en el canal de YouTube de la Fundación Ealy Ortiz ).

sofiglarios@hotmail.com

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