El pasado 10 de abril, la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), que reúne a alrededor de 50 operadores e inversionistas de 19 países, celebró la tercera edición de la Convención Nacional Petrolera, con el título Agenda 2040: Transformando a México.

De acuerdo con las autoridades, como resultado de las rondas de licitación que se han llevado a cabo para actividades de exploración y producción de hidrocarburos, 73 nuevas empresas de 20 países se han incorporado al ecosistema competitivo en México a través de la firma de 107 contratos con el Estado mexicano; estos contratos en promedio otorgan 74% de la utilidades al Estado y generan compromisos en actividad de exploración de las cuencas mexicanas en niveles sin precedentes. Además, ya se han registrado los primeros hallazgos por empresas privadas en aguas someras en el golfo de México, además de los de Pemex en campos terrestres en el estado de Veracruz, y más están aún por venir.

El objetivo de la convención fue reflexionar sobre las condiciones que se requieren para asegurar el desarrollo de la industria de hidrocarburos en México en el largo plazo, tema sobre el que la asociación elaboró su Agenda 2040: Transformando a México en la cual identificamos cuatro principios (contra los cuales es difícil tener
argumentos sólidos) para el desarrollo de nuestra
industria: constancia; competencia; transparencia
y conocimiento.

El evento reunió a especialistas nacionales e internacionales del sector, a funcionarios de gobierno, a representantes de la industria, la academia, y a líderes de opinión y grupos de expertos. El evento no buscó llegar a conclusiones definitivas, sino abrir líneas de reflexión que se constituyeran en insumos para los tomadores de decisiones de políticas públicas, al igual que para la propia industria y los grupos de interés. Con cada convención, se amplía el número de personas que nos acompañan, lo cual es una clara señal de que son cada vez más las voces que se suman a este diálogo, desde diferentes perspectivas, con algo único que aportar.

Las sesiones estuvieron organizadas alrededor de cuatro temas: fortaleza institucional; ecosistema de competidores; decisiones de inversión; e innovación, conocimiento y planeación de largo plazo.

Se discutió la necesidad de contar con una mayor coordinación entre las autoridades del sector a nivel federal, así como con los gobiernos estatales y municipales, para facilitar el desarrollo de los proyectos en el sector de hidrocarburos. También se habló de la conveniencia de simplificar las regulaciones y fortalecer la autonomía de los órganos reguladores.

También se destacó la importancia de la certidumbre jurídica y la transparencia regulatoria para atraer inversiones y capacidades técnicas que generen una industria con competencia en el sector de hidrocarburos. Asimismo, se habló de la relevancia de crear condiciones para que los proyectos generen valor, lo que no sólo aceleraría los flujos de capital sino que dejaría una mayor proporción de utilidades al Estado. Se reconoció además el hecho de que México está compitiendo a nivel internacional, por lo que, mientras las compañías compiten por los proyectos petroleros, el Estado mexicano lo hace por las capacidades de la industria nacional e internacional a través de las condiciones ofrecidas para estos proyectos de largo plazo. El diálogo y colaboración entre autoridades y operadores e inversionistas se consideró fundamental para el desarrollo del sector.

La planeación y despliegue de infraestructura con una visión de largo plazo, congruente con el desarrollo de los proyectos, fue mencionado como un factor clave por varios participantes; ello requiere la eliminación de barreras y el involucramiento activo de los gobiernos locales además del federal. Por otra parte, en términos de economía del conocimiento, se reconoció la experiencia acumulada del capital humano y las innovaciones desarrolladas con talento mexicano; además, se habló de la importancia de los apoyos gubernamentales que se crearon para formar recursos humanos considerando las expectativas de crecimiento del sector, así como la necesidad de que sea, la ciencia y el conocimiento lo que guíe el desarrollo de la industria.

Vale la pena mencionar que durante la convención se reconoció que, con la reforma energética, México pasó de ser un observador a ser un referente mundial de lo que se debe hacer para desarrollar el sector de hidrocarburos. Asimismo, se reconoció el reto que se enfrenta para transmitir los avances del sector. Por ejemplo, como gremio, no hemos logrado comunicar eficazmente que con la reforma la Nación mantiene la propiedad de los hidrocarburos, que los proyectos petroleros tardan mucho en madurar y que sus beneficios serán más palpables en el mediano y largo plazos, y que la reforma no es culpable de la caída en la actividad económica de estados petroleros como Veracruz y Tabasco.

Este artículo no hace justicia a la riqueza de las discusiones de la convención. Sin embargo, refleja algunos de los retos que enfrentamos en el futuro. Las empresas de Amexhi tenemos un compromiso de largo plazo con el país. Estamos convencidos de que el nuevo modelo energético surgido de la reforma ayudará a crear un futuro de prosperidad y desarrollo para México.

Director General de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi)

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