El 15 de octubre, una madre y su hija de 10 años, fueron estranguladas en su casa en Ecatepec, Estado de México. Diez días después, una mujer de 44 años murió por disparos de arma de fuego en San Nicolás, Nuevo León. El mes siguiente, el 22 de noviembre, el cuerpo de Teresita, de 33 años, fue hallado en el interior de una cisterna en el barrio de Analco, Durango. Ese mismo día, una más fue apuñalada dentro de su domicilio en Huachinango, Puebla. En México, entre los años 2007 a 2015, todos los días seis mujeres son asesinadas. En total, 19 mil 747 mexicanas murieron de forma violenta en ese periodo.

Las cifras han tenido una disminución mínima desde 2013. Los cambios son tan imperceptibles para las organizaciones civiles que afirman que las nuevas normas que se han promulgado no son suficientes. “Para logar que disminuya la violencia contra la mujer tiene que existir un cambio cultural. No acabas la violencia a punta de leyes, porque éstas no aplican si la cultura no las respalda”, asegura Catalina Ruiz Navarro, co-conductora de Estereotipas, proyecto especializado en violencia de género.

En 2011 y 2012, los datos mostraron la peor realidad: 2 mil 700 homicidios, en promedio, cada año. Cinco mujeres de cada 100 mil en el país fueron asesinadas. Esta tasa es considerada la más alta en las últimas tres décadas. México está cerca de repetir ese récord. En 2015 se registraron 2 mil 383 crímenes, sólo 317 menos que en los años más crudos.

“El asesinato de mujeres esta ahí como un asunto de derechos humanos y en las leyes sí hemos tenido avance, pero en la práctica es donde está el problema”, explica Karla Micheel Salas Ramírez, abogada especialista en derechos humanos de la mujer, al hablar del trato que les dan en los ministerios públicos.

Las estadísticas muestran otro patrón: la violencia que se ejerce contra las víctimas es mayor. En 40% de los casos, es decir 7 mil 731, los detalles del asesinato tienen características como estrangulamiento, lesiones con objetos punzocortantes, quemaduras, entre otros. Mientras que en el caso de los hombres, el principal método es el arma de fuego.

En promedio, en cada una de las 32 entidades federativas de México, entre 2007 y 2015 mataron a 600 mujeres cada año. Estado de México, Chihuahua, Guerrero, Ciudad de México y Jalisco triplican la estadística. Esos cinco estados suman 8 mil 755 asesinatos.

Cifras poco alentadoras

En 2007, primer año de gobierno de Felipe Calderón, en México asesinaron a mil 83 mujeres. Tres homicidios al día. El Estado de México tenía los registros más altos: 188 féminas murieron en condiciones violentas. Las estadísticas tuvieron su punto clímax en 2013 y comenzaron a descender, pero en 2015 hubo un nuevo aumento y el año terminó con 406 homicidios.

En julio de 2016 se decretó la alerta de género en 11 municipios de esa entidad. Ésto, después de que se registraron 2 mil 946 asesinatos en nueve años. Este mecanismo se diseñó después de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció en 2009 a México como responsable de los feminicidios en Cd. Juárez.

De 2007 a 2015, los asesinatos de mujeres en México se elevaron a más del doble. Los últimos datos de Inegi revelan 2 mil 383 homicidios. La tendencia en estas muertes tiene un patrón diferente a las del género masculino. La variación es poca entre los años y se mantiene en un rango entre 2 y 4 muertes por cada 100 mil féminas. Las reducciones no superan los 300 casos en los últimos dos años. Al contrario, las defunciones de hombres han bajado desde 2012. La disminución más grande se dio en el cambio de gobierno entre Calderón y Peña Nieto, al pasar de 22 mil 986 a 20 mil 280 homicidios de varones en todo México.

Existen diversas condiciones en el país que han frenado la baja de homicidios del género femenino. “El aumento de la violencia en México, principalmente la que tiene que ver con el narcotráfico, ha hecho más vulnerable a la mujer, y siempre que aumenta la violencia en general, también aumentan las agresiones contras ellas”, asegura Catalina Ruiz.

Guerrero y Chihuahua están en los primeros lugares. En nueve años sumaron 2 mil 212 y mil 510 homicidios, respectivamente. Se sabe que 2 de cada 5 eran jóvenes entre los 18 y 30 años. Chihuahua rompió récord en 2010 al tener una estadística de 33 mujeres muertas por cada 100 mil. La cifra ha bajado hasta 8, pero aún sigue como un foco rojo.

Víctimas jóvenes

De los casi 20 mil asesinatos reportados entre 2007 y 2015, las edades van desde recién nacidas hasta ancianas de más de 90 años. La violencia no se ha limitado a una edad, pero si se ha concentrado en las más jóvenes. En 3 de cada 10 homicidios, es decir 5 mil 628, la víctima tenía entre 20 y 30 años.

El 18 de noviembre una mujer fue asesinada con un arma blanca en el municipio de Naucalpan, Estado de México. Una herida en el cuello le quitó la vida. Tenía 25 años. El número de la mala suerte. La edad más vulnerable. Otras 615 mujeres con esta característica perdieron la vida entre 2007 y 2015. Este número es el más alto de muertes reportadas por Inegi.

El 2011 fue el peor año para las más jóvenes. Las víctimas de 25, 20 y 22 años fueron las principales, en ese orden.

En abril de este año, Inmujeres, ONU Mujeres y la Secretaría de Gobernación (Segob) presentaron un informe sobre la violencia feminicida en México y admitieron que es casi imposible determinar cuántos de los homicidios pueden entrar en esta categoría y que la mejor aproximación son los datos que Inegi reporta.

Ignorar las cifras de una problemática tan grave puede atraer más conflictos al país. “Al esconder estos datos se hace lo mismo con la realidad. Ocultarlo es permisivo y por eso después revienta el fenómeno y es cuando se vuelve muy complicado revertir los efectos”, asegura Luz Estrada, vocera del Observatorio Ciudadano de Nacional del Feminicidio.

Con más violencia

Los asesinatos de mujeres tienen características que se identifican como formas de producir mayor dolor. De total de las víctimas, en 7 mil 371 casos se tiene reporte de ahorcamiento, estrangulamiento, quemaduras, ahogamiento o lesiones con objetos punzocortantes o golpes. Sólo en 4 de cada 10 casos (8 mil 743) el homicidio fue con arma de fuego.

Sumado a esto se encuentra el hecho de que 3 de cada 10 mujeres, es decir, 6 mil 128, fueron asesinadas en su vivienda. “Aún tenemos esa idea de que el espacio más seguro para las personas es el hogar, con la familia. Lamentablemente para las mujeres no es cierto y estadísticamente lo vemos”, explica Karla Micheel Salas, abogada especialista.

Se necesita saber el contexto de la violencia para realmente entenderla, asegura Luz Estrada. No es lo mismo que sean agredidas por un padre que por la pareja o un extraño. Las consecuencia sicológicas varían dependiendo la cercanía.

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