La noticia sobre la caída de las acciones del gigante de las redes sociales, Facebook, como efecto de las revelaciones sobre el uso de datos personales que la consultora Cambridge Analytica (CA) hizo para beneficiar a dos de sus clientes, el Brexit de Gran Bretaña y la campaña presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, le ha dado la vuelta al mundo.

De acuerdo con lo señalado en diversos medios de comunicación, derivado de la investigación conjunta realizada por The New York Times y The Observer, CA obtuvo de manera ilegal los perfiles de 50 millones de usuarios estadounidenses de Facebook a pesar de que la plataforma aseguró y se comprometió a que los datos no podían ser transferidos ni vendidos, sino solamente usados dentro de la aplicación.

La compañía accedió a los perfiles y obtuvo información confidencial relacionada con las preferencias de los votantes, de ahí que les envió publicidad personalizada para favorecer a Trump y desprestigiar a la candidata Clinton con noticias falsas.

En otras palabras, Cambridge Analytica utilizó al margen de la ley la información para manipular al electorado, exacerbar xenofobias y odios, así como polarizar a los votantes e inclinar la balanza a favor de Trump. Es decir, no utilizó la plataforma para informar sino para desinformar, cometiendo una doble falta, el robo de datos y la vulneración del derecho ciudadano de acceder a información veraz y oportuna.

No obstante, mientras los usuarios de Facebook en el mundo se indignan y desconfían de la plataforma, las diferentes naciones hermanas repudian las acciones de CA y la compañía es investigada por el fiscal especial Robert Mueller, por la supuesta intervención rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en México la contratan.

En este país vivimos en el mundo del revés. Los nuevos spots del Ejecutivo federal son acertados, la percepción generalizada de la ciudadanía sobre la realidad es completamente diferente a la que tiene el gobierno de ésta y de sí mismo.

En nuestro querido México, las instituciones públicas actúan de forma contraria a los intereses ciudadanos, a la ética pública y al sentido común —los spots gubernamentales, me recuerdan ese viejo chiste del borracho que conducía sobre Periférico en sentido contrario y alarmado piensa que son los otros quienes circulan al revés—.

El partido hegemónico y sus aliados siempre están en medio de un escándalo, la corrupción y la impunidad intiman con ellos, sus contratos y vínculos están construidos en la opacidad. La mentira, la manipulación, la falta de transparencia y la proclividad a la ilegalidad son problemas estructurales del sistema político y forma parte de la genética de quienes lo conforman, por eso no pueden verlo y mucho menos prevenirlo.

No es extraño que, diversos medios de comunicación hayan evidenciado que “Cambridge Analytica esté vinculada con el candidato del PRI a la Presidencia de la República”, contrato que de acuerdo a filtraciones de su propio círculo, fue celebrado en enero de este año, debido a una recomendación del canciller Luis Videgaray, ligado con Jared Kushner, yerno de Trump, quien fue destituido precisamente por las sospechas en torno a las infiltraciones de Rusia en la campaña.

Para ponerle la cereza al pastel, el Instituto Nacional Electoral (INE), justo en medio del escándalo en que se encuentra Facebook, firma un convenio con esta empresa, cuyo objeto no es claro y nadie termina aún de entender.

Si hacemos memoria, recordaremos que alguna vez circuló el padrón electoral en internet, e incluso fue vendido. Ahora, ¿qué sigue? ¿será que el INE le entregará el padrón electoral a Facebook para que “proteja mejor” los datos de los electores?

Diputada federal y activista social
@LaraPaola1

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