Después de los magníficos resultados que la delegación mexicana está obteniendo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, la esperanza de tener un gran ciclo olímpico rumbo a Tokio 2020 y con la transición por el cambio de gobierno en curso, lo único que genera un poco de incertidumbre entre la gente del deporte en nuestro país es saber quien quedará al frente de la Conade.

Sería importante saber si existe una verdadera evaluación, un análisis profundo, para saber qué personaje tiene más cualidades administrativas, técnicas y de transparencia para ocupar este puesto que es trascendental en el desarrollo deportivo y de la activación física de nuestro país.

Además, se tiene que elegir a alguien con la pasión para dirigir una actividad tan noble e importante, y no solamente hablo del alto rendimiento; se necesita que el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, elija al personaje idóneo, aquel que cuente con una amplia experiencia en lo que es el desarrollo de la actividad física y la administración.

Se necesita alguien que sepa cómo invertir el recurso en lo que realmente se requiere, luego de que lamentablemente se hizo una costumbre que nuestros dirigentes elevan gastos, sin realmente hacer que los programas y la infraestructura con la que se cuenta funcionen de manera adecuada.

Que quede claro, no levanto la mano, no me interesa, ya que los seis años que estuve al frente de la Conade fueron los seis peores años de mi vida. El único interés de mi parte es que el cargo sea ocupado por el mejor hombre o la mejor mujer posible, por el bien de nuestro amado deporte.

El licenciado López Obrador debe analizar perfectamente, junto a su equipo de trabajo, quién tiene el perfil que se requiere y no se base en el aspecto político, sino que se base en los aspectos de calidad humana, de transparencia y de la pasión por una labor para la que muy pocos tienen la vocación.

Lo anterior no quiere decir que ningún ex deportista destacado no pueda ocupar este cargo, aunque la historia nos dice que muchos no han tenido la capacidad para dirigir puestos del orden público relacionados con el desarrollo deportivo en nuestro país. Lo peor es que algunos se han aprovechado del presupuesto, un caso muy claro fue al inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Pensar en un atleta destacado o en un gran administrador debe hacerse a conciencia, entender qué es lo más conveniente y, aunque pareciera cosa menor, insisto en que debe tener la pasión y el amor a México, que lo haga siempre trabajar por lo mejor. Y puede ser un ex deportista, un funcionario o un empresario, administrar es cuidar los recursos, hacer más convenios y estoy seguro que en México hay ese tipo de personas, solamente es cuestión de hacer la mejor elección.

Profesor

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