El director de Conservación del World Wide Fund For Nature (WWF) México, Jorge Rickards, asegura que parte integral en la conservación de la vaquita marina es ofrecer alternativas a los pescadores y no criminalizarlos.

“Es muy importante enfatizar: la veda permanente es muy bueno que se establezca pero tiene que estar aparejada, de compromisos muy claros de parte del gobierno en términos de alternativas pesqueras sustentables para las comunidades ”, asegura Rickards.

Asegura que hacen falta más opciones para los pescadores del Alto Golfo de California, ya que la protección de la vaquita no se limita a un tema ambiental, sino que implica que se aseguren los medios de vida de los habitantes de la zona y su patrimonio ambiental.

El organismo se ha pronunciado porque no se criminalice a los pescadores sino que se les debe acompañar desde las instituciones y la sociedad civil.

“Hay que desmitificar que el pescador es el malo que va y depreda todo. Si lo hace es porque no tiene otras alternativas. Ahí es donde el sector pesquero del gobierno es el responsable de desarrollar con ellos las alternativas y la sociedad civil organizada, como la WWF y otras, pues nuestra labor es traer recursos y apoyar y traer expertos.”

Recordó que la principal causa de muerte de las vaquitas son las redes de enmalle que se utilizan para la caza ilegal de totoaba , un pez cuya carne puede alcanzar unos 60 mil dólares el kilo en Asia.

Para Rickards es preocupante que la primera salida sea culpar a los pescadores, ya que considera que lo que ha hecho falta es la implementación de alternativas de pesca sustentables y de políticas públicas lideradas por el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que impulsen el empoderamiento de las comunidades.

También consideró que aunque se debe celebrar el reforzamiento de la vigilancia que implementó la Marina-Armada en la zona donde habita la vaquita, Rickards cree que mientras no se termine con la pesca ilegal de totoaba, la población de vaquita seguirá en peligro.

En diciembre de 2016, se estimaba que había unos 57 ejemplares, sin embargo, tras seis meses quedan unas 30 vaquitas. Esto se debe a que la totoaba, otra especie endémica de la zona, nada hacia la zona habitada por la vaquita para reproducirse y desovar entre los meses de noviembre a enero, fechas en las que se incrementa su pesca ilegal y la muerte accidental de vaquitas.

El buche de totoaba es muy valorado en China pues se le atribuyen propiedades afrodisíacas y medicinales.

Rickards considera que de unos cinco años para acá, la demanda de carne de totoaba en el mercado negro provocó un incremento en la muerte de vaquitas que son un daño colateral. Sin embargo, en los últimos tres años, la población del cetáceo se redujo en casi un 70 por ciento.

La WWF celebró los avances en materia de protección de la vaquita y el memorándum firmado ayer por el presidente Peña Nieto tras reunirse con el actor Leonardo DiCaprio y el empresario Carlos Slim.

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