El próximo miércoles 28 de junio, la escultura ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como El Caballito, será entregada a la ciudadanía, luego de que un equipo interdisciplinario de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) culminó los trabajos de restauración y conservación integral de esta obra.

Desde la tarde de ayer, la pieza escultórica realizada por Manuel Tolsá ha sido despojada del andamio y malla con la que estuvo cercada durante varios años. Sin embargo, la escultura todavía está envuelta en una manta impermeable blanca que impide verla en su totalidad y que le será retirada el próximo miércoles.

En un comunicado, emitido ayer por el la Secretaría de Cultura y el INAH, se informó que tras los trabajos de lo que calificaron de “proyecto paradigmático”, la obra histórica ha recuperado su majestuosidad.

Aun cuando todavía no se detalla la hora de la entrega de la escultura ecuestre, puesto que están en el ajuste de las agendas de los funcionarios, se sabe que en la ceremonia estará presente el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera , y la secretaria de Cultura del gobierno federal, María Cristina García Cepeda, así como autoridades del INAH y del Fideicomiso del Centro Histórico.

La intervención a El Caballito fue realizada entre 2016 y 2017, por un equipo interdisciplinario que atendió el monumento de forma integral, por lo que implicó la restauración de la escultura metálica, el basamento y el pedestal.

Fue en 2013 cuando El Caballito estuvo sometido a una intervención inadecuada y no profesional en la que se utilizó ácido nítrico sobre el monumento, lo cual ocasionó la pérdida de 50% de la capa escultórica.

La historia sobre los daños a El Caballito comenzó a conocerse en septiembre de 2013, cuando ciudadanos denunciaron en las redes sociales que la escultura estaba siendo sometida a una agresiva restauración; pasaron varios días para que el INAH diera la instrucción de suspender los trabajos que estaban a cargo de una empresa dirigida por Javier Marina Othón.

Para el 24 de septiembre de 2014, tras estudios rápidos, autoridades determinaron que los daños a la escultura eran “irreversibles” y calcularon los costos para su reparación en un millón 415 mil pesos. Tres meses después, la Contraloría General capitalina sancionó a cuatro funcionarios menores por el caso.

Los trabajos de restauración y conservación integral, que incluyeron varias etapas, desde medición de pH superficial, inspección de grietas por ultrasonido, espectrometría de difracción de rayos X, hasta análisis infrarrojos por transformada de Fourier, estuvieron a cargo de un equipo encabezado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República, a través del INAH.

La estatua ecuestre de Carlos IV, que se localiza en la explanada del Museo Nacional de Arte, fue diseñada por el escultor y arquitecto español Manuel Tolsá (1757-1816). Ahora, después de intensos trabajos de restauración, se espera que vuelva a mostrar todo su esplendor.

En las labores participaron especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos y de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, y otros profesionales de las instituciones académicas más reconocidas del país y el extranjero.

Además, este esfuerzo realizado tras una serie de análisis y estudios que permitieron obtener un diagnóstico del estado de los componentes de la escultura, también contó con el apoyo del gobierno capitalino, a través del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México. 

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