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S er donante altruista me hace sentir como un superhéroe, porque haces un bien aunque nunca sepan tu identidad, aseguró Odette Torres, quien desde hace cinco años acude al banco de sangre del Instituto de Cardiología para donar sangre y “salvar vidas”.

Odette tomó la decisión de convertirse en donadora voluntaria luego de ser intervenida quirúrgicamente por un tumor que tenía en la cabeza. En ese momento le pidieron dos donadores y se dio cuenta de lo complicado que es conseguir que alguien dé de su sangre. “Ya sea por tiempo, salud, desidia y hasta por religión; me quedó claro en el proceso de la cirugía porque ocupe más sangre, entonces me propuse ayudar cuando me lo solicitaran o yo ir por mi cuenta”.

Después de su operación, un familiar muy cercano necesitaba sangre y la joven de 29 años se comprometió a donar. Ahí se informó sobre cómo donar de manera altruista, estos procedimientos se han convertido en algo cotidiano en su vida.

La satisfacción más grande de Odette es saber que con su sangre le cambió la vida a alguien, “es una sensación de bienestar propio” y por ello recomienda a toda la población intentarlo al menos una vez en su vida.

Mientras llena el formulario para donar sangre, Odette comenta que la mayoría de la gente no dona sangre “por temor a las agujas” o porque desconfía de su estado de salud; sin embargo, resalta los beneficios que tiene ser donante.

“Ser donador te obliga a cuidarte, a estar en tu peso ideal, comer saludable y además cada que vienes a donar te hacen exámenes de todo, para saber que estés bien, desde pruebas de enfermedades de transmisión sexual, una química general, e incluso te revisan el hígado, toda esa revisión es gratis”, resalta.

Mientras se arremanga la blusa y deja las venas expuestas para la extracción de sangre, la joven cuenta que dona al menos dos veces al año “porque quiero guardar un poco por si un familiar o amigo cercano lo necesita”. Destaca que la gente debería ser más consciente de que en algún momento todos necesitarán de un donador, ya sea para un familiar o para uno mismo, puesto que esa transfusión pude salvar una vida.

“Nadie está excento de nada, en cualquier momento podemos necesitar nosotros sangre, es mejor que esté disponible en el momento y no esperar a un donador, un familiar o a un paciente, es la parte del altruismo el dar sin ver a quién. Qué mejor que un banco de sangre siempre esté lleno, no sabes si va a salir y te atropellan, o tienes un accidente, imagínate que llegues y no hay sangre. Debemos pensar que tal vez a ti no te pase pero a un familiar o un amigo, por eso hay que dar un pedacito de ti por esas personas, no está de más”, comenta mientras cruza la puerta para donar su sangre.

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