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Frente a la situación de violencia y ataques recibidos en el ejercicio de su profesión, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su apoyo y solidaridad con los periodistas de todo el país.

En un comunicado expresó que la libertad, como una forma de expresión, es un don heredado por Dios, por lo que ninguna persona tiene derecho a arrebatársela a nadie.

El Episcopado se unió en oración para que “el señor Jesús consuele y alivie el sufrimiento y las preocupaciones que invaden a todo el gremio que siente temor al realizar su tarea, puesto que somos conscientes que la agresión está siendo dirigida a las personas que integran los medios de comunicación en general: reporteros, camarógrafos, editores, jefes de información y directivos, entre otros”.

El organismo religioso reafirmó su acompañamiento espiritual a las familias de las víctimas de aquellos que han sufrido extorsiones, secuestros y asesinatos a causa de la realización de su tarea informativa, como consecuencia del deterioro social que impera en México.

“Ante Dios, nadie realiza una labor pequeña, sobre todo cuando se trata de la búsqueda y difusión de la verdad”, señaló, la CEM.

La Iglesia hizo un llamado a las autoridades civiles para que garanticen que todas las personas puedan ejercer con libertad y seguridad su profesión, “a combatir la impunidad y la corrupción que tanto golpea y hiere a nuestra nación”.

La Arquidiócesis Primada de México consideró que con 33 periodistas muertos en lo que va del sexenio y 17 sacerdotes que fallecieron bajo circunstancias violentas, hacen de estas dos profesiones las más peligrosas de ejercer en el país.

A través del editorial del semanario religioso Desde la Fe, expresó que “la violencia en México no sólo no cesa, sino que es incontenible. La semana pasada el luto cubrió dos brazos que hacen fuerte a nuestra sociedad frente a la corrupción, la impunidad y el delito. Fue un lunes negro para las dos profesiones que son las más peligrosas en México”.

El texto aseguró que los periodistas fallecieron como consecuencia de contar la verdad y develar a la opinión pública “las alarmantes relaciones entre el crimen y las autoridades que han sido corrompidas por el poder enemigo que nos está destruyendo”.

Con respecto a ejercer como sacerdote, recordó y reprobó el atentado que se suscitó en la Catedral Metropolitana, en contra del padre Miguel Ángel Machorro Alcalá, quien fue apuñalado mientras oficiaba misa.

Con el título “Lunes negro”, el artículo refirió que quisieran confiar en que las autoridades cumplirán con su deber de castigar a aquellos que atentan contra la vida de periodistas, sacerdotes y miles de mexicanos, pero afirmó que es casi imposible.

“La realidad dice otra cosa, 99% de los crímenes contra periodistas permanece impunes y lo mismo puede decirse de los sacerdotes abatidos”.

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