El papa Francisco autorizó la declaración como santos de Antonio, Cristóbal y Juan, conocidos como los niños mártires de Tlaxcala, asesinados “en odio a la fe” entre 1527 y 1529.

Según la sala de Prensa del Vaticano, el pontífice aprobó las recomendaciones de un grupo de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, quienes votaron por la canonización de los adolescentes.

La aprobación de la canonización tuvo lugar ayer, durante una audiencia que concedió Jorge Mario Bergoglio al prefecto de esa congregación, el cardenal Angelo Amato.

El Papa dio luz verde para que los jóvenes indígenas sean elevados al honor de los altares, pero aún falta que determine cuándo y dónde se llevará a cabo la ceremonia de canonización, durante un próximo consistorio ordinario (reunión con cardenales).

De gran veneración popular, Antonio, Cristóbal y Juan son considerados los primeros mártires de todo el continente americano. Se convirtieron al cristianismo tras ser evangelizados por frailes franciscanos y dominicos.

Sus virtudes. Cristóbal, llamado también con el diminutivo Cristobalito, nació en Atlihuetzia, Tlaxcala, entre 1514 y 1515; era el hijo predilecto y heredero del cacique Acxotécatl. Asistió a la escuela de los misioneros franciscanos.

Tras una discusión, el muchacho comenzó a romper los ídolos paganos de su padre, quien urdió una estrategia para asesinarlo: lo molió a golpes y luego lo tiró al fuego.

Aunque la madre del joven lo rescató de la hoguera, murió unos días después. Todo ocurrió en 1527, Cristóbal tenía 13 años.

Según la información disponible hasta ahora, Antonio y Juan nacieron entre los años 1516 y 1517, en Tizatlán, Tlaxcala.

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