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Este año los peregrinos acudieron a la Basílica de Guadalupe para pedir por la salud de algún familiar o trabajo; autoridades de la delegación Gustavo A. Madero preveían una afluencia de 7.2 millones de fieles en cinco días de festejo.

Previo a la celebración de las Mañanitas, en punto de las 11:00 de la noche del domingo, la Calzada de los Misterios era un mar de cabezas e imágenes religiosas intentando entrar al atrio del recinto mariano para saludar a la Virgen en el 485 aniversario de su aparición en el cerro del Tepeyac.

Autoridades de la delegación Gustavo A. Madero registraron la afluencia de 3 millones 586 mil 400 personas, cifra acumulada del jueves hasta el domingo, aunque los fieles continuaban llegando y se espera, en las horas centrales del festejo que se alcanzará un récord de asistencia de 7.2 millones de fieles, puesto que desde ayer se incrementó el flujo de creyentes.

Víctor Hugo Lobo Román, jefe delegacional de la GAM, explicó que la celebración en fin de semana estimuló la llegada de más peregrinos al cerro del Tepeyac. Indicó que los festejos guadalupanos transcurrieron en calma y los incidentes registrados han sido mínimos, por lo que resaltó la organización de los 5 mil 800 empleados de la delegación y de Seguridad Pública.

La mayoría de los fieles caminaron por días para llegar a la Basílica con el objetivo de pasar unos segundos frente a la imagen del ayate de San Juan Diego y expresar su fervor o peticiones a la Virgen. Algunos atravesaron el atrio con la piel deshecha por avanzar de rodillas hasta el altar, ayudados por sus familiares que los sostenían de las manos y los acompañaban en su sacrificio. Gulmara Hernández, originaria de Taltipan, Hidalgo, partió a pie desde la madrugada del viernes en compañía de sus dos hijas, su esposo y otras 40 personas de su comunidad, con el deseo de postrarse ante la morenita del Tepeyac para darle gracias por el “milagro” de que su hijo sobreviviera de un accidente automovilístico y para pedirle por la salud de toda su familia.

“Es la primera vez que vengo a cantarle las mañanitas a mi virgencita, estoy muy emocionada de venir hasta acá caminando, nos esperaremos a que terminen las Mañanitas y después de la medianoche, nos regresaremos, también a pie. Vengo a darle las gracias por hacer que mi hijo esté conmigo. Sufrió un accidente, creí que se moría, pero gracias a mi morenita se salvó, ahora le pido más salud para él y mi familia”.

Por la tarde, en el atrio de la Basílica pegó el sol con todo su brillo, hasta llegar a 24 grados. Conforme avanzaba el día se veía el cansancio de aquellos que caminaron o pedalearon durante días para llegar a saludar a la Guadalupana. Algunos expresaron su fervor con bailes tradicionales, danzas y con sus instrumentos frente al altar.

Otros tendieron plásticos y cartones para acostarse a dormir sobre el suelo hirviente, mientras que unos más improvisaban carpas con sus cobijas, casas de campañas y almohadas con sus mochilas de viaje para descansar, antes de volver a emprender el camino de regreso a sus pueblos de origen.

Jorge Gallegos Sevilla caminó durante tres días para llegar al encuentro con la Guadalupana. Prefirió aguantarse la emoción durante unos minutos para entrar a saludarla completamente listo. Payaso de oficio, quien se hace llamar Bam-Bam en sus espectáculos callejeros, dedicó más de media hora para maquillarse con cuidado y entrar caracterizado a la Basílica.

Bam-Bam le agradece a la morenita porque cuando su madre estuvo enferma hace unos años, él hizo una manda y vino de peregrino. Este joven de 18 años asegura que fue gracias a la intervención de la Virgen que su mamá se mejoró. Quiero que bendiga mi trabajo. Al filo de la medianoche, después de que se entonaron las Mañanitas, en el Altar Mayor se ofició misa.

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