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Desde las cuatro de la mañana del 11 de diciembre, la señora Sara Laura se levantó con la convicción de preparar más de 500 tamales para regalarlos entre los miles de peregrinos que se dirigían a la Basílica de Guadalupe para festejar a la morenita.

El punto de entrega fue en avenida Anillo de Circunvalación, a la altura de Congreso de la Unión, “cerquita de metro Morelos”, relata doña Sara.

Este 2016 cumple 11 años repartiendo alimentos a todas las personas que “vienen desde otros estados con la esperanza de poder ver a la Virgen y de cantarle las mañanitas”. En un inicio sola preparaba tortas y las entregaba con una naranja y un jugo.

Pero hace seis años, uno de sus hijos tuvo un problema legal y en ese momento toda la familia se involucró en esta misión.

Con los años han cambiado el menú en varias ocasiones, cuando no dan tortas, dan tacos o tamales y atole, porque dicen que es más fácil repartirlos. “La gente tiene hambre, sed, pasa frío, pero eso no los detiene para llegar a la Villa, por eso nosotros les damos comida, para ayudarlos en su camino, las personas son muy agradecidas, se van contentas”, dice con emoción la señora que viste un delantal verde mientras rellena las hojas de maíz.

La familia de Anabel Miranda se encarga de preparar más de 300 tortas para entregar a los peregrinos que pasan por la calzada Ignacio Zaragoza.

La torta no va sola, una botella de agua y una naranja hacen el trío perfecto para mitigar el hambre y la sed de las personas que llevan hasta ocho días caminando con la ilusión de festejar a su “santa patrona”.

Los miembros de esta familia argumentan que son más de 20 años que siguen esta tradición, que no lo ven como una tarea o manda, es una forma de apoyar a toda la gente.

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