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Una fiesta se llevo a cabo en la parte oriente de de Paseo de la Reforma. Banderas con los colores del arcoiris ondeaban frente al Ángel de la Independencia y decenas de personas se sumaban al contingente; esta vez no había carros alegóricos ni publicidad de antros, la gente estaba reunida para exigir que se respete el matrimonio igualitario en todo el país.

Aunque la cita fue pactada a las 10:00, hasta una hora después comenzaron a llegar los manifestantes; algunos se reunieron afuera de la estación del Metro Insurgentes, otros llegaron frente a las vallas que les impedía pasar a la columna de la Independencia.

Integrantes de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual (LGBTTTI), acompañados algunos por sus hijos, familiares y amigos, acudieron para exigir que sus derechos sean respetados como cualquier ciudadano; sin embargo, por varios minutos estuvieron en silencio.

Cerca del mediodía, una camioneta del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se acercó al contingente y de inmediato comenzaron a sonar las canciones de Juan Gabriel. Al ritmo del Noa Noa, la gente se acercó. Patria Jiménez, vocera del Frente Orgullo Nacional México, invitó a los asistentes a tomar el micrófono y dar su punto de opinión sobre los derechos de las parejas LGBTTTI.

Muchos alzaron la mano para hablar, más por la marcha que se llevaba a cabo en el lado poniente del Ángel de la Independencia. Entre pancartas, canto y baile, señalaron que la homosexualidad no es una conducta antinatural como lo han mencionado otras organizaciones, por lo que exigieron que la figura de matrimonio igualitario sea reconocida en todo el país.

Propuestas de amor, historias de vida y consignas a favor del matrimonio igualitario se escucharon durante cinco horas, acompañadas con canciones de Thalía, OV7, Kabah, Gloria Trevi y hasta Imagine, de John Lennon.

Durante el mitin, Guadalupe Ramírez, consejera de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, indicó que por tratarse de un Estado laico se debe convivir bajo los principios constitucionales de igualdad, libertad, seguridad jurídica y no discriminación. Añadió que la diversidad sexual, como el matrimonio igualitario, “es un avance en el ejercicio de los derechos humanos en el país” y exhortó al gobierno a que haga cumplir las leyes que lo garantizan.

Entre la multitud estuvo Roma, una niña de cuatro años de edad que ha sido educada por su madre Maité Rivera, quien aunque tiene una familia heterosexual, proviene de una lésbica y educa a su pequeña para que respete a las parejas del mismo sexo. Roma dice que acompaña a su mamá a las marchas “porque todos somos diferentes y nos tenemos que respetar”.

También llegaron Édgar Mendoza y Jesús, con su bebé, que entró de modo circunstancial a sus vidas, por medio de la adopción de un familiar “y ahora buscamos la igualdad y el respeto. Somos pocos, pero con mucho amor”, dijeron los manifestantes ante la poca convocatoria que se registró el día de ayer. Entre ellos estaban la escritora Sabina Berman, y los diputados Alfonso Suárez del Real, de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, y Cristina Gaytán (PRD), de la Cámara Baja.

Colectivos de la comunidad gay coincidieron en que la posición de la Iglesia y de las organizaciones que están en su contra los colocan en una situación vulnerable. En sus pancartas se leía: “No te metas con mis derechos” y “Yo amo y respeto la diversidad”.

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