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Tuxtla Gutiérrez, Chis.— Gabriela Montero, una madre de la colonia Residencial marchó por primera vez con los maestros, que en la mañana del lunes se movilizaron al cumplir 100 días de paro de labores, hasta ahora, el movimiento más prolongado en la historia del magisterio chiapaneco.

La mujer que tiene inscrito a su hijo en la Escuela Fray Matías de Córdova, una de las más populares de la capital del estado, contó que sabía que el lunes 22 de agosto no empezaría el ciclo escolar 2016-2017, pero aun así, compró los uniformes y útiles escolares, pero por la mañana, en lugar de llevar a sus dos hijas que entraron al segundo y cuarto grado al plantel, se dirigió a la salida de la capital a Oaxaca y Veracruz para participar al lado de los disidentes en la marcha con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“Vine a marchar porque queremos que este conflicto se resuelva. Es la primera vez que salgó con los maestros”, dijo la joven ama de casa que ni la lluvia fue un impedimento para que dejara de protestar al lado de los profesores, los católicos del Pueblo Creyente de Simojovel, al lado del sacerdote Marcelo Pérez y estudiantes normalistas.

Pasadas dos horas desde que salió la marcha de La Pochota, un aguacero empezó a caer, pero los maestros en vez de replegarse a las soleras de los edificios, continuaron hacia el centro, como también lo hizo Gabriela de 32 años.

Las maestras abrieron sus paraguas mientras que sus compañeros improvisaron plásticos para cubrirse de la lluvia y juntarse bajo los estándares y banderas.

Una joven que iba al lado de un vehículo con un aparato de sonido no dejaba de corear consignas a favor de la CNTE y aprovechaba para lanzar consignas en contra de la reforma educativa y de las autoridades.

Cuando la columna había alcanzado el parque de La Marimba, varias mujeres con vestidos de chiapanecas bailaban al rito de tambores para darle ánimos a los maestros. “Hombro con hombro, codo con codo, la coordinadora somos todos”, decían.

Casi de madrugada, católicos de Simojovel salieron de la cabecera hacia la capital para unirse a la marcha. Con ellos iba el párroco Marcelo Pérez, con su paliacate rojo al cuello. No es la primera vez que los católicos del Pueblo Creyente se unen a los maestros. En varias ocasiones han llegado a marchar a la capital Tuxtla Gutiérrez para respaldar las demandas de la CNTE.

A las 15:00 horas, Gabriela alcanzaba la plaza central y aseguraba que en esta nueva etapa en la que entró el magisterio de la CNTE, “muchos padres de familia que habíamos estado al margen, ahora nos unimos a ellos, porque queremos que esto se resuelva”.

Los católicos, al lado del sacerdote Marcelo, recordaban que otras ocasiones que han llegado a manifestar su solidaridad con los maestros, les han tocado días radiantes, con temperaturas de hasta 34 grados centígrados, pero esta vez, la lluvia “nos refrescó”, dijo uno de ellos.

Un maestro pidió cuando alcanzó la plancha del centro: “Que se vea ese coraje de la región lagos”, para referirse al grupo que venía de la meseta comiteca, en la frontera con Guatemala.

Parecía escampar cuando los últimos maestros se refugiaban en las carpas del centro para cambiarse camisas y secarse los pies mojados por la lluvia.

En las carpas empezaba a oler a comida recién hecha, pero algunos docentes chiapanecos aún iban en el último grupo, junto a los estudiantes normalistas que del todo el contingente parecían ser los más alegres pese a la lluvia que los acompañó en el trayecto.

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