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Machismo: “Esa cultura arraigada, esa masculinidad negativa que realmente ha persistido a lo largo de los siglos, es algo que ha sido muy difícil cambiar, y necesitamos entonces cambiarlo”.

Lakshmi Puri, lideresa global de ONU Mujeres, sonríe, habla con delicadeza, convoca a cambiar las reglas del juego. “Tenemos que hablar de igualdad de género en América Latina, porque, a pesar de todo lo que h emos hablado sobre educación, tenemos todavía el machismo”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora ejecutiva adjunta de la entidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, convoca a los hombres a sumarse a una causa.

“Esta es la revolución cultural social que necesitamos hacer para poder traer esta igualdad de género, y es por esto que estamos impulsando nuestra campaña He for She (Él para ella), porque si logramos que los hombres cambien y que se apoderen de esta agenda política del empoderamiento de las mujeres todos vamos a beneficiarnos, las mujeres, los niños, las niñas, esto es para el beneficio tanto de los hombres como de las mujeres. Por eso tenemos este movimiento de solidaridad, y que es un movimiento muy vibrante y que ha sido muy bien recibido en México”, indica la activista.

Lakshmi Puri asegura que la resistencia a la igualdad de género es uno de los grandes problemas de América Latina. “Hay que cambiar la mentalidad, cambiar el chip, cambiar el estereotipo, que es definitivamente importante. En América Latina hay que ayudar al movimiento de las mujeres, de las jóvenes mujeres, hacer que ellas se impliquen, que ellas sean los agentes de la igualdad de género y del empoderamiento”, explica.

Y exhorta: “Tenemos que asegurarnos de que los hombres jóvenes tomen en serio esta perspectiva de género, porque ellos están presentes en todas partes y se han empoderado de las redes sociales; entonces, ellos tendrían también que adoptar esta agenda como parte del empoderamiento de la juventud”, afirma.

Vuelve a sonreír, habla con firmeza, parece estar pronunciando un discurso en la sede de la ONU, como aquel en que la actriz Emma Watson dijo que hombres y mujeres debían tener los mismos derechos y oportunidades.

Por las sobrevivientes de violencia

Licenciada en Arte, egresada de la Universidad de Delhi, con un máster por la Universidad de Punjab, y con diplomas en Historia, Política Pública y Administración, Relaciones Internacionales y Derecho, y Desarrollo Económico, Lakshmi Puri lleva más de tres décadas distinguiéndose en la lucha global por ensanchar el respeto a los derechos de las mujeres. Primero en La India, su país natal, y luego desde trincheras internacionales.

La activista traza frente a las cámaras de EL UNIVERSAL la estrategia a seguir: 1. Convencer a las mujeres de que alcen la voz para exigir sus derechos. 2. Involucrar a los jóvenes de ambos sexos a adoptar y promover la perspectiva de género. 3. Que los hombres sean agentes activos del cambio. 4. Fortalecer las acciones afirmativas en la política, para que cada vez más mujeres se integren a los congresos, al Poder Judicial, a los gobiernos de todos los niveles. 5. Propone que los empresarios las incluyan en puestos directivos. 6. Que se sancione en serio a los feminicidas, a los que las golpean, a quienes las agreden.

“Esto es una lucha cotidiana. Primero vamos a reconocer que este es un problema, un problema que no nada más se queda detrás de las paredes del hogar, sino que también sale al área pública. Y que también se está buscando justicia para las víctimas, para estas sobrevivientes de violencia”, señala enfática la dirigente de ONU Mujeres.

Lakshmi Puri incorpora estadísticas nacionales en su discurso: “Si observamos lo que pasa en México, vamos a ver que casi 65% de las mujeres van a decir que han sido afectadas o víctimas de la violencia. Cada día vamos a ver que más de seis mujeres son atacadas por el simple hecho de ser mujeres. Entonces, el lado femenino no sólo se limita a América Latina, pero digamos que ya en América Latina se reconoce que esto es un problema y estamos tratando de resolverlo”.

También alerta sobre un tema poco discutido en México. “Luego tenemos este problema del matrimonio a edad temprana para las mujeres. Vemos cómo estas prácticas siguen: 20% de las niñas en México se casan antes de los 18 años de edad. Y tenemos el embarazo en las adolescentes, que es un problema en toda América Latina”.

Y convoca de nueva cuenta, a todos, a todas, a trabajar por el empoderamiento de ellas.

Igualdad política

La experimentada activista celebra que 42% de las congresistas federales mexicanas sean mujeres, una cifra que duplica el estándar latinoamericano, que es de 22%. “Aunque si vemos a nivel local, la historia es completamente diferente, o sea, podemos hablar de una historia nacional y luego de cómo se va viendo una realidad local, donde la paridad aún no se ha logrado”, comenta.

“México sí ha logrado muchos avances en realmente colocar a las mujeres en estas áreas, pero, bueno, falta mucho por hacer; reforzar la ley, reforzar el sistema legal, el sistema de justicia. Entonces, estos son los desafíos.

“También tenemos que ver cómo nos aseguramos de que esta pandemia global de la violencia contra la mujer, cómo vamos a manejar este problema de manera eficaz en América Latina. Esta pandemia es real y muy fuerte, muy presente”, añade.

Violencia urbana

Otro reto sería dotar a las ciudades de las condiciones para proteger a las mujeres de la violencia.

“Estamos hablado de una nueva agenda urbana, para lograr ciudades seguras y sustentables, un espacio público seguro y sustentable, una movilidad segura y sustentable para las mujeres, para que las niñas puedan ir a las escuelas, para que puedan disfrutar la ciudad, para que puedan tener acceso a la ciudad, para que puedan disfrutar actividades de placer y de descanso, para que puedan socializar en las ciudades en un entorno seguro, libre de violencia, de miedo, de intimidación, incluyendo también la violencia sexual y el crimen organizado; tienen problemas con la migración o porque tienen demasiadas personas o de que no hay suficiente infraestructura para todas las personas que viven en la una ciudad”, señala.

Y propone que haya líneas telefónicas para denunciar violencia o acoso contra las mujeres o botones de pánico, como en otras ciudades, o una aplicación inteligente para avisar que se está en peligro.

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