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La Arquidiócesis de México acusó que durante la visita del papa Francisco el exceso de seguridad secuestró las ciudades sedes con “exageradísimos controles” que pretendieron hacer “deslucir esta visita”, pero la fe de los mexicanos hizo posible el encuentro con el Pontífice.

En el editorial del semanario católico Desde la fe, la Arquidiócesis de México destacó que la mejor recompensa para el máximo jerarca católico fue la espontaneidad de la gente, aunque criticó la “feroz vigilancia” durante su visita, así como la desorganización que prevaleció en la logística.

“No importaron inclemencias, las privaciones o molestias ante la feroz vigilancia que secuestró las ciudades sede; los exageradísimos controles de las autoridades causaron más molestias que beneficios, es seguro que el Papa jamás hubiera querido retenes y más retenes, cierres por horas de calles y paralización del transporte público, todo esto provocó pérdidas a trabajadores o jefes de familia”.

Durante su visita el papa Francisco gozó la cercanía de los fieles, “sin embargo, hubo contrastes que intentaron deslucir esta visita”, pues dijo que pocas manos concentraron demasiadas funciones, lo que puso en riesgo la preparación de la visita del Pontífice, apuntó la publicación.

“Los errores logísticos y la desorganización tensionaron aspectos, incitando más el protagonismo de responsables, devaluando la eficiencia, demeritando el toque de impecabilidad en el proceso organizativo, pocas manos concentraron demasiadas funciones poniendo en riesgo la efectiva preparación y diligente cuidado que debería haber correspondido a cada una de las diócesis visitadas por el Papa”, acusó.

Comentó que los “anquilosados defensores del laicismo” están empecinados en negar la plenitud de la libertad religiosa, cuando se solicita permiso a la autoridad para transmitir actos de culto público en medios de comunicación electrónicos, con lo que se impide el derecho humano de educación religiosa.

Las enseñanzas del Papa “advirtieron el peligro del atrincheramiento como esclerosis paralizante, aun de esos apolillados defensores del Estado laicista”, calificó.

El editorial destacó la vasta cobertura de los medios de comunicación durante la visita del papa Francisco, los cuales en su mayoría exaltaron el liderazgo del Pontífice; no obstante, sin mencionar nombres, indicó que hubo “dizque maestros de la comunicación”, los cuales indujeron al auditorio por los vicios de “parcialidad, medias verdades, visceralidad y enconos deformantes de la opinión.

El semanario concluyó que la palabra del obispo de Roma está echada y que dependerá de cada uno que esa semilla arrojada por el Pontífice haya caído en tierra fértil.

Según el cardenal Norberto Rivera Carrera, el papa Francisco vino a fortalecernos en nuestra fe, por lo que regresó contento al constatar la fe católica del pueblo mexicano.

“Lo que al Papa más le gustó, lo que al Papa más le llegó al corazón fue ver las manifestaciones de fe, tanto en la calle como en las celebraciones sagradas. El Papa vino a alimentar nuestra fe, a fortalecernos en nuestra fe, a confirmarnos en nuestra fe, pero también él regresó alegre, contento, al constatar esta fe del pueblo mexicano”, dijo.

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