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Ante el proceso de apagón analógico que inició en el país se estima que 40 millones de televisores podrían ser tirados a la basura debido a la falta de centros de acopio que sólo han sido instalados hasta el momento en 14 estados de la República.

Organizaciones civiles y ambientales temen la contaminación del suelo por el plomo, mercurio y arsénico que contienen los aparatos y que podrían afectar la salud de la población.

El gobierno federal dispuso 300 centros de acopio establecidos en el país para el Programa de Trabajo para la Transición a la Televisión Digital Terrestre de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Una empresa se encargará de reciclar los componentes de los televisores que puedan ser aprovechados y el resto serán confinados, por su peligrosidad, pero no existe una campaña que indique claramente a la gente qué hacer con sus aparatos viejos.

De acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), hasta el 7 de diciembre se habían acopiado 4 mil 562 televisores analógicos en los 300 centros establecidos en el país.

Ninguno de estos centros está en el Distrito Federal, para recolectar los dos millones de televisiones analógicas que se estima que existen en la ciudad y que podrían ser abandonadas tras el apagón previsto para el 17 de diciembre, por lo que las organizaciones temen que estos aparatos, que contienen materiales altamente contaminantes, terminen en los basureros.

“Un televisor analógico está hecho de materiales como plomo, mercurio, cadmio, paladio, arsénico y retardantes de flama, entre otras sustancias, que pueden causar daños al sistema nervioso, hígado y provocar padecimientos como cáncer u osteoporosis”, advirtió Robin Perkins, líder del Programa Detox de la campaña de tóxicos de Greenpeace México.

El apagón analógico inició el viernes 11 de diciembre en varios estados del centro del país y el proceso se llevará a cabo de manera paulatina en toda la República hasta la eliminación total de la señal analógica el 31 de diciembre.

“En los centros de acopio que ya están establecidos y en las localidades donde se concretó el apagón no han recibido muchas televisiones. Aunque el gobierno federal quiera ver este tema como para decir que ‘ya la libramos, no van a salir muchas teles’, yo lo vería doblemente preocupante, porque, ¿a dónde están llegando?

“Hay dos opciones: o están quedando en las casas, que sería lo deseable, o están inundando lugares inimaginables para que puedan ser chatarrizadas. Creo que es una mezcla de ambas”, dijo Sofía Chávez, coordinadora y fundadora del Proyecto Ecovía, Vías Verdes, una asociación civil sin fines de lucro especializada en temas de desechos sólidos urbanos.

Los riesgos

En México se producen más de 350 mil toneladas de residuos electrónicos anualmente, y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) señaló en junio pasado su preocupación por la cantidad de estos productos que se tiran en los basureros, por lo que llama a crear programas y regulación adecuados.

El INECC advirtió que al ritmo actual los desechos electrónicos alcanzarían 800 mil toneladas al año para 2030. Hoy sólo 10% de los aparatos electrónicos que se tiran a la basura son reciclados.

“Tenemos una problemática muy clara en cuanto a los residuos electrónicos y eléctricos. Tenemos una cantidad que se acumula cada vez más y esto crecerá. Si no reunimos a todos los actores, a todos los que pueden resolver un pedacito de esta situación, no vamos a concretar nunca nada”, advirtió entonces Amparo Martínez, directora general del INECC.

Según la Universidad de las Naciones Unidas, en 2014 se generaron en México un millón de toneladas de residuos electrónicos. En promedio, de estos desechos sólo 10% se recicla formalmente, 40% permanece almacenado en casas y bodegas, mientras que 50% llega a rellenos sanitarios o tiraderos no controlados.

La situación es particularmente preocupante, señalaron las organizaciones Ecovía y Greenpeace, porque las televisiones analógicas tienen componentes y sustancias que al tirarse a los basureros contaminan la tierra y el aire, lo que causa problemas de salud.

Las televisiones analógicas tienen en promedio en el cinescopio dos kilogramos de plomo y sus carcasas, dentro de todos los residuos electrónicos, son las que contienen más retardantes de flama bromados que son contaminantes orgánicos persistentes contemplados bajo el Protocolo de Estocolmo y son reconocidos como desechos peligrosos.

“Debería haber una preocupación internacional por lo que está pasando con el apagón analógico en México, porque los productos de estas televisiones vuelan, se van para todos lados. No tenemos ni siquiera una normatividad adecuada para el tratamiento de estos contaminantes y, por ende, no tenemos las instalaciones para su destrucción o confinamiento”, alertó Chávez.

Agregó que en el caso específico de los vidrios con plomo de estos aparatos son un problema a nivel mundial, no sólo en México, porque actualmente no se puede reciclar y se tiene que confinar en un lugar especializado, que según los estándares internacionales es un monorelleno, una instalación dispuesta únicamente para este fin, y que es un confinamiento temporal para poder esperar a que haya la tecnología adecuada para recuperar el vidrio de estas televisiones analógicas, pues actualmente no hay forma de reciclar el vidrio y el plomo. “No tenemos ningún monorelleno de este tipo en México”, lamentó la experta.

Confinamiento especial

El titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano, afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL que existe un plan de manejo para este tipo de residuos y se hizo una licitación para reciclar todos los productos y componentes.

“Estamos trabajando con los gobiernos municipales y estatales para establecer centros de acopio en todo el país. Actualmente tenemos más de 300 centros de acopio, donde estamos recibiendo las televisiones que la gente entrega”, dijo.

“La empresa que ganó la licitación reciclará los productos y componentes que se pueden procesar y lo demás estará en los centros de confinamiento adecuados porque se trata de residuos peligrosos”, agregó.

Reind Química es la empresa que ganó la licitación de la SCT el pasado 20 de noviembre y estará a cargo del acopio, recolección, traslado, desensamble, reciclaje y disposición final de los televisores analógicos desechados. En el portal de internet del gobierno federal  www.gob.mx/semarnat está la lista de los 300 centros de acopio disponibles para llevar los televisores de los que se ocupará la compañía.

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), ha entregado, como parte de su política para lograr el apagón analógico, 8.3 millones de televisores digitales.

Según el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, se han destinado 25 mil 992 millones de pesos a la transición digital, y de ellos casi 24 mil millones para la adquisición de televisores, lo que representa 92.3% del presupuesto para el apagón analógico.

Sofía Chávez señaló que las licitaciones para la gestión de las televisiones analógicas disponen de un recurso máximo de 14 mil 500 millones de pesos. “Estamos ante una diferencia muy grande del recurso que habilitó para dotar de televisiones a los ciudadanos versus el recurso que se está erogando para recoger los aparatos analógicos. Las televisiones que se están entregando son un poquito menos de 10 millones, cuando las televisiones analógicas que van a salir son alrededor de 34 millones”, expuso.

Robin Perkins recordó que en México hay un problema importante sobre el reciclaje adecuado de residuos electrónicos.

“Lo que pasa es que si no lo tratas bien termina en los basureros o en las manos de chatarreros, y esos productos tóxicos terminan en las aguas residuales y luego en el medio ambiente y los ríos”, expuso, lo que también puede generar a largo plazo efectos en la salud de la población.

Puso ejemplos como Ghana, China e India, países donde se han reportado impactos importantes de los residuos electrónicos sobre la salud de la población y el medio ambiente.

“En Ghana, lo que hacen es que queman los cables de las televisiones para sacar el cobre y venderlo, pero al quemar todo pues salen los productos tóxicos. Es un reciclaje informal y muy peligroso para ellos. No hay nada reglamentado. Ponen en riesgo su salud. Lo mismo sucede en China e India. Además, se hace en regiones muy pobres, donde las comunidades buscan ganarse la vida, pero la están poniendo en riesgo”, explicó.

En México, debido a la falta de centros de acopio y de información transmitida a la población sobre el depósito de sus viejas televisiones, la gente acostumbra a dejarlas a los chatarreros, los cuales reciclan los componentes que pueden vender, como el cobre y metales, pero lo demás, como los tubos catódicos y las carcasas de plástico terminan en los basureros.

“Los chatarreros están en zonas un poco peligrosas. Iztapalapa, Bordo Poniente, cerca de Nezahualcóyotl, son los principales lugares donde terminan estos productos”, dijo.

En Guadalajara, por ejemplo, comentó Sofía Chávez, las llegan destruidas a los basureros y las entierran bajo una capa de tierra que el bulldozer pone diariamente encima de los desechos. “En donde realmente se ven no es en los basureros, sino en zonas periféricas de la ciudad, en lotes baldíos. Aquí tenemos muy identificados dónde están. Están en los barrios donde trabajan los chatarreros, donde las destruyen”, expuso.

Perkins destacó que el plan de manejo de estos residuos lo desarrolló el gobierno federal, pero su implementación está a cargo de los municipios, los cuales muchas veces no tienen recursos y la recolección no se hace bien.

“Nosotros fuimos a Puerto Vallarta, Manzanillo y Acapulco y vimos que algunos municipios sí están haciendo cosas, pero por su propia cuenta. En Puerto Vallarta, por ejemplo, tienen un sistema de recolección de electrónicos, pero es por cuenta de la localidad. ¿En municipios donde no hay dinero ni conocimiento cómo lo van a hacer si tampoco tienen apoyo? Las televisiones están terminando en los chatarreros y en la basura”, lamentó.

“Es gravísimo que estén autorizando estos programas, donde le prometen a la gente una buena calidad de la imagen en su televisión y por otro lado la intoxican con plomo. Eso no se vale y es importante que lo sepan. En México hay una Ley de Responsabilidad Ambiental y hay artículos que mencionan que se les puede aplicar el Código Penal”, expresó por su parte Chávez.

Las organizaciones piden al gobierno un plan de manejo adecuado, con centros de acopio permanentes y con un proceso claro de reciclaje, ya que en muchos casos, las personas se van a deshacer de sus televisiones analógicas a largo plazo, no de un día para otro.

Solicitan a la población quedarse con sus viejas televisiones mientras se desarrolla un plan de manejo eficaz para recuperar y reciclar estos aparatos.

“Actualmente no estamos seguros de qué van a hacer con las televisiones y cómo las van a reciclar. Preferimos decir a la gente que guarde su televisión hasta que estemos seguros de que las van a reciclar bien”, concluyó Robin Perkins.

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