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Guadalajara.— Juan Ramón de la Fuente fue enfático en su discurso de recepción del doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara. Reiteró su llamado a fortalecer con presupuesto la educación porque ésta es fundamental para el desarrollo y la democracia de México, y dijo también que en la democracia no puede ni debe fallar la justicia, por lo que es imposible “guardar silencio ante lo ocurrido en Ayotzinapa, en Tanhuato o en Apatzingán. Tiene que haber responsables”.

Durante la ceremonia solemne celebrada en el paraninfo de la Universidad de Guadalajara, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México aseguró que la educación superior debe ser un proyecto integral y un proyecto público apoyado por el sector privado y dinamizado por el sector social. “Sostengo que el mejor modelo de desarrollo al que podemos aspirar es un modelo que esté sustentado en la educación, en el conocimiento, en la cultura, en la ciencia y en la tecnología”, aseguró.

Juan Ramón de la Fuente fue investido con el doctorado Honoris Causa por su destacada contribución a la siquiatría y a la salud pública de México, así como por su liderazgo universitario y su defensa a la educación superior pública, laica, gratuita y de calidad.

En su discurso, De la Fuente llamó a la entrada de México a la sociedad del conocimiento, en la que el país cree estar, pero en realidad, dijo, “vivimos si acaso en los suburbios de la sociedad del conocimiento”.

El académico y autor de libros como A quién le importa el futuro. Las disyuntivas de México habló de la democracia con desarrollo y justicia; reiteró su compromiso irrestricto con la educación y su llamado a fortalecer la participación ciudadana porque sólo fortaleciendo la participación de la sociedad se podrá contender con mayor eficiencia en ese otro flanco preocupante que hoy nos agobia: “la fragilidad de nuestro Estado de derecho”.

“No es ningún secreto, la democracia necesita leyes para que funcione, porque en una democracia pueden fallar muchas cosas; en todo caso, es un sistema imperfecto o perfectible, pero lo que no puede fallar en una democracia es la justicia. Por ello resulta imposible guardar silencio ante lo ocurrido en Ayotzinapa, en Tanhuato o en Apatzingán. Tiene que haber responsables”, puntualizó el autor de Marihuana y salud.

En la ceremonia solemne en la que el rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla, le colocó la medalla que simboliza el doctorado Honoris Causa, Juan Ramón de la Fuente dijo que al pensar en educación piensa en iniciativas ciudadanas, en capital humano inteligente, en la protección de las minorías y del medio ambiente, en la atracción de capitales productivos, en empresas socialmente responsables.

“Digo educación y pienso en la tolerancia, en el respeto a disentir, en la igualdad de derechos, en la liberación plena de la mujer y en la redistribución del ingreso. Digo educación y pienso en la posibilidad real de eliminar la injusticia, la discriminación y la corrupción. Digo educación y pienso en una cultura de la legalidad que erradique de una buena vez y para siempre a la incultura de la ilegalidad”, señaló el colaborador de EL UNIVERSAL.

Durante su discurso, en el que estuvo acompañado por su familia, por amigos como Elena Poniatowska, y a la que acudió el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, De la Fuente llamó a pensar en la educación con la plena convicción de que una sociedad que no transmite conocimientos es una sociedad que genera violencia y a pensar en el conocimiento como en un mecanismo de inclusión y de cohesión social. El modelo que propuso para ello fue uno de tipo social, puesto que “existe un modelo liberal que busca el desarrollo individual o corporativo, pero que no ha sabido cómo poner los límites. Defiende el mecanismo de la meritocracia, pero al mismo tiempo obliga al Estado a replegarse y a dejar en libre vía a las fuerzas del mercado”, aseveró.

En ese sentido, planteó: “Quienes nos sentimos inclinados por un modelo de tipo social pensamos que es más justo restringir algunas libertades en aras de la igualdad, siempre y cuando haya un mecanismo transparente y legítimo de Estado que verdaderamente lo haga efectivo”.

Al final de su discurso, expresó que en el México actual el principal reto es alcanzar una democracia efectiva. al mismo tiempo que se detona un desarrollo con justicia, “porque puede haber desarrollo sin justicia ni democracia, puede haber democracia y desarrollo sin justicia, y puede haber justicia sin democracia ni desarrollo, pero se requieren los tres para que el progreso deje de ser un espejismo y para que el bienestar sea efectivamente un bien común. Ese es el modelo que podría contener la fórmula que se necesita, lo que nos urge en este país: distribuir mejor el poder y la riqueza”.

Hoy por hoy, sostuvo el doctor De la Fuente, “la política tradicional se ha alejado de los reclamos sociales y lo que esto ha ocasionado es que la sociedad civil haya encontrado otros ámbitos para expresarse: el gran impacto de las redes sociales de la vida política del país, el del reclamo creciente de una mayor participación social directa, sin intermediarios. Los partidos políticos se han quedado a la zaga y muchos ciudadanos ya no se sienten representados en el Congreso. Los jóvenes, sobre todo, demandan, con razón, formas de participación directas sin pasar por el embudo de las cámaras, sin subordinarse a los representantes populares, por eso salen a la calle y se reúnen en la plaza pública, pero la plaza pública tampoco puede reemplazar al Congreso, eso es parte del problema”, dijo el galardonado con el máximo reconocimiento de la Universidad de Guadalajara.

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