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Jalisco.— En la costa sur de Jalisco el lodo que dejó a su paso Patricia comienza a convertirse en polvo y bajo el rayo del sol, a casi 30 grados, cientos de empleados de distintas empresas y dependencias federales, estatales y municipales trabajan para restaurar los servicios básicos en la región. Los afectados evalúan los daños, limpian y reconstruyen lo que se vino abajo.

Humberto ha levantado una y otra vez la infraestructura eléctrica del país tras este tipo de fenómenos; esta vez viajó junto con una larga caravana de la Comisión Federal de Electricidad casi tres días desde Hermosillo, Sonora, para trabajar en la costa de Jalisco.

“Creo que andamos a más de mil en este jale, cuando Odile pegó en Baja California nos tardamos como 17 o 18 días en levantar todo y dejar la red al 100”, comenta.

A unos metros del camión en el que prueba aparatos de comunicación, en el crucero que conduce hacia Melaque y Barra de Navidad, en Cihuatlán, una cuadrilla de empleados subcontratados temporalmente por la CFE trabaja levantando los postes que derribó el meteoro y colgando los cables que traerán electricidad a esta zona.

Hasta la tarde del domingo, las autoridades reportaban que en este municipio se había restablecido el servicio de agua potable y en Melaque, específicamente, el drenaje se desaguó con bombas de emergencia.

A lo largo de la franja costera de Jalisco el paisaje que dejó Patricia incluye decenas de platanares y huertas de mango o papaya dañadas por el viento, y aunque el recuento de los daños aún no concluye, según la Secretaría de Desarrollo Rural hay afectaciones en más de 8 mil hectáreas de plantíos.

Fernando Ramos Pinal, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de la Costa de Jalisco, señala que “sólo en Melaque, Barra de Navidad y La Manzanilla hay 10 cooperativas que reportan daños que suman 5 millones de pesos y todavía nos falta ver otras 14 cooperativas”, mientras observa las lanchas con motores dañados y estructuras rotas que han quedado sobre la playa.

En un restaurante habilitado como bodega en el poblado El Aguacate, soldados del Ejército descargan más de 20 tráileres con víveres; todo se entregará al DIF estatal para repartir despensas. “Nosotros más que despensas necesitamos que el turismo vuelva pronto a Barra de Navidad, es de lo que vivimos”, afirman Laydy y Mad, quienes atienden un bar.

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