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Frente al actual entorno económico internacional, el presidente Enrique Peña Nieto planteó que su gobierno está determinado a mantener la disciplina en las finanzas públicas, por lo que el proyecto de presupuesto de egresos para 2016 será austero, sin que ello signifique un sacrificio para el bienestar de los mexicanos, es decir, será sensible a las prioridades de la población y estará focalizado en la atención de los grupos vulnerables.

Para cumplir con estos propósitos, el Presidente destacó que tendrán prioridad los programas de combate a la pobreza, la seguridad pública, el financiamiento a las universidades públicas y el fortalecimiento del desarrollo científico y tecnológico, así como los programas de impulso al crecimiento económico.

El gasto de inversión dará prioridad a los proyectos que ya están en curso y a aquellos que acrediten un mayor impacto social y económico.

Para el próximo año se espera un recorte al presupuesto de entre 2% y 4%, por lo que la lógica será eliminar algunos programas y reorientar los recursos para otros, por lo que los proyectos emblemáticos, como la Cruzada Contra el Hambre y Prospera serán reforzados con el fin de promover el bienestar sin romper los equilibrios macroeconómicos, comentó Aníbal Gutiérrez, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.

El problema es si los recursos que liberan para el bienestar van a alcanzar para atender con la misma intensidad todos los flancos que se tienen abiertos, como son las clases medias y los jóvenes.

Por otra parte, habría que ver cómo se va a reorientar el foco de atención, tomando en cuenta que no puedes descuidar estados como Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, entonces, qué recursos quedarán para entidades como Puebla, Veracruz y Tlaxcala, por mencionar algunas donde la pobreza es un lastre, ese sería el punto débil de esta reasignación advirtió el especialista.

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