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El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, aseguró que recibió una institución fuerte, trabajando y con prestigio, y que así la entregará en noviembre próximo, cuando acuda a la ceremonia de posesión de su sucesor.

“La responsabilidad de conducir a nuestra casa de estudios la ejercí con la convicción de defender los principios que la caracterizan: su autonomía frente a todo poder, la libertad de cátedra y de investigación”, aseveró.

Al presentar los principales logros de su periodo (2007-2015), Narro Robles aseguró que la Universidad vive una buena etapa en la que sus servicios a la sociedad son pertinentes, de calidad y constantes.

No obstante, asumió los errores y defectos que se registraron. “No es retórica, la verdad es que son muchas las personas y las inteligencias que participan en la toma de decisiones en una institución tan relevante, tan querida y tan respetada por los mexicanos. También lo es que le toca al rector asumir la decisión final”, expuso.

En la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, dijo que durante su gestión nunca impulsó una acción sin consenso, como tampoco ninguna medida que pudiera alterar la armonía y la tranquilidad que han caracterizado esta etapa.

En presencia de los ex rectores Pablo González Casanova, Guillermo Soberón Acevedo, Octavio Rivero Serrano, José Sarukhán Kermez, Francisco Barnés de Castro y Juan Ramón de la Fuente, Narro Robles detalló que la Universidad tiene tres lustros de continuidad, consistencia y tranquilidad.

“Ha tenido condiciones para avanzar por la estabilidad interna, por el pujante dinamismo del trabajo académico y por el apoyo que nos han dado los poderes de la República. Este año contamos con el mayor subsidio gubernamental de toda nuestra historia. Nada ha sido gratuito, todo lo han ganado los universitarios con su trabajo”, señaló.

Delante de directores, representantes sindicales, su equipo de trabajo, integrantes de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario, así como estudiantes, comentó que se avanzó en muchos sentidos, siempre con el acuerdo de los integrantes de la comunidad.

“No se insistió en los casos en que resultó imposible construir los acuerdos requeridos. De igual forma, nunca se cedió ante la presión y en lo académico, por supuesto, no se permitieron pasos atrás”.

Explicó que el desarrollo de la UNAM está condicionado por las situaciones, contextos y problemas del país como la desigualdad, la pobreza, la falta de acceso a la educación, a los servicios de salud, al empleo digno, a la alimentación, así como a los niveles de injusticia, corrupción e impunidad.

“Esos problemas han constituido parte de mis preocupaciones desde antes de ser rector, presenté abiertamente mis conceptos en los foros en los que participé. Nada me impidió expresar mis puntos de vista sobre asuntos relativos a los derechos individuales”.

Dijo que ningún funcionario gubernamental o político usó su autoridad para intentar dañar a la Universidad por las opiniones del rector.

Sucesión. Narro Robles se refirió al proceso de designación del nuevo rector y aseguró que la Junta de Gobierno es garantía de que el proceso para designar a quien dirigirá el trabajo de la comunidad tendrá lugar con los más altos estándares universitarios.

“Estoy seguro que los universitarios expresarán sus opiniones y preferencias con toda libertad, con gran participación y dentro de los cauces establecidos por la convocatoria y la legislación”.

Deseó que en el proceso prevalezcan los proyectos, las ideas, las razones, las propuestas, así como la tolerancia. “Ese valor que nos permite vivir cotidianamente la pluralidad que nos caracteriza deberá hacerse presente en los días por venir. La única forma de servir a la UNAM es hacerlo sin regateos, sin agenda personal, sin dudas; con absoluta entrega y pasión.

“Al acercarse el término de la tarea, toca a ustedes hacer la valoración correspondiente. Yo sólo puedo decir que hice todo lo que pude, que me esforcé al límite de mis capacidades. Sin embargo, eso no basta. A la comunidad corresponde el juicio. ¡Son ustedes quienes tienen la palabra!”.

En su mensaje de balance, el rector expresó su satisfacción por los logros alcanzados, pero también su desilusión “por algunos tropiezos”, que fueron los menos, dijo.

Reconoció que se va con una deuda con sus predecesores, en particular con los que conoció y trató: Ignacio Chávez, Javier Barros Sierra, Pablo González Casanova, Guillermo Soberón, Octavio Rivero, Jorge Carpizo, José Sarukhán, Francisco Barnés y Juan Ramón de la Fuente.

Narro Robles calificó como un momento complejo el fin de esta etapa, “uno lleno de recuerdos y de sentimientos. ¡Qué difícil es decir adiós a una tarea tan grata¡ ¡Qué maravilloso saber que se está por alcanzar un objetivo, por llegar al término de una encomienda superior¡ ¡Qué emoción, qué gusto, que tristeza!”.

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