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En las 45 universidades públicas del país existen tres formas generales para la elección del rector o máxima autoridad, según las leyes orgánicas y estatutos de esas instituciones: por voto universal, a través de la votación del Consejo Universitario o mediante una Junta de Gobierno, la cual puede variar de nombre.

Sin embargo, de ese total, en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia de México, la Universidad Pedagógica Nacional y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), sus máximas autoridades son nombradas por el secretario de Educación Pública o el Presidente de la República.

Los rectores o máximas autoridades de 16 instituciones son elegidos por Consejo Universitario, 15 por Junta de Gobierno, Directiva o Universitaria y siete por voto universal, directo y secreto: las Autónomas de Chapingo, de Baja California Sur, de Coahuila, la Antonio Narro, de Guerrero, Benito Juárez de Oaxaca y de Zacatecas.

Hay casos donde se combinan mecanismos de voto y un grupo de notables por lo que puede llamarse elección mixta como es el caso de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Universidad de Guanajuato, Universidad Autónoma del Estado de Morelos y Autónoma de Tamaulipas.

De acuerdo con los especialistas Romualdo López y Óscar González, de la Universidad Autónoma Metropolitana; Javier Mendoza, del Instituto de Investigación Sobre la Universidad de la UNAM, y Judith Pérez, de la Universidad de Tabasco, la elección de los rectores en las instituciones públicas autónomas de México se convierte en el proceso en el que se confrontan públicamente diversas visiones de la universidad y donde se dirime parte de su futuro.

“Suele ser una prueba de la madurez de las instituciones para hacer el cambio de autoridades de una manera civilizada, para aceptar la decisión del órgano competente sin fracturar el desarrollo institucional, y sin interrumpir la continuidad de las actividades académicas”, señalan en la investigación Las formas de elección de los rectores: Otro camino para acercarse al conocimiento de las universidades públicas autónomas.

Consideran que es la oportunidad que se da la comunidad para afianzar o corregir el rumbo y también es la ocasión para que alguno de los grupos en disputa consolide o pierda su liderazgo dentro de las instituciones.

Los investigadores aseguran en la forma de elección por voto universal “moviliza” a toda la comunidad universitaria durante varios meses, distrayendo a estudiantes y profesores.

Los testimonios que se tienen sobre este tipo de elección muestran un rechazo de buena parte de los miembros de la universidad por considerar que no es el mecanismo idóneo para elegir a las autoridades, entre otras razones, porque la universidad es una institución de cultura y no una “república chiquita”, señala el estudio.

En el trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas: Elección de rector de las universidades públicas autónomas por ley. El caso de Guerrero. ¿Elección impugnable?, de Fernando Xochihua San Martín, se relata que cada cuatro años, en esa institución, se elige al rector por voto universal, directo, secreto, libre y “sin coacción de ninguna especie”.

Cada uno de los candidatos registrados cuenta con 30 días hábiles para realizar “campaña”. La comisión organizadora “define el tope de gastos durante la campaña, quedando estrictamente prohibido la promoción de categorías, así como el uso del patrimonio universitario o coacciones de todo tipo”.

Siete días después de la elección, el pleno del Consejo Universitario se reúne para calificar el proceso y designa al rector o convoca a una nueva elección.

El año pasado, estudiantes del IPN realizaron una huelga a partir de la aprobación del Consejo Académico de la institución del Reglamento Interno y entre las demandas surgidas, los estudiantes demandaron que el director del Politécnico no sea designado más por el presidente de la República, sino de una forma más democrática.

jram

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