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Joaquín Guzmán Loera lleva casi siete meses encerrado, aislado casi por completo, en la cárcel más opresiva de Estados Unidos. El Metropolitan Correctional Center (MCC), de Nueva York, el Guantánamo de las prisiones de máxima seguridad, no ha cedido ni un ápice en las medidas de confinamiento de El Chapo,  algo que según muchos empieza a afectar a su integridad.

“Es lo más equivalente a una tortura”, señalan sus visitantes. “Las condiciones de aislamiento solitario bajo las que está el señor Guzmán son crueles e inhumanas, un tratamiento brutal nunca antes visto”, declaran.

Pero algo va a cambiar. “Un miembro de su familia ha sido autorizado para visitarlo a finales de esta semana”, confirmó Jeffrey Lichtman, uno de los nuevos abogados del capo, a EL UNIVERSAL.

Días antes, los actuales letrados de oficio del líder del Cártel de Sinaloa apuntaron, en un documento judicial, que tenían conocimiento de que familiares de El  Chapo  habían pasado el escrutinio gubernamental.

Fuentes cercanas al proceso aseguraron a este diario que la lista de visitantes existía y se estaba evaluando, dejando entrever que era probable que se pudieran programar en un futuro cercano. Lichtman precisó con más exactitud el inminente giro en la historia.

Todo apunta a que será una de las hermanas de Guzmán Loera  la que podrá verlo en el MCC.

Será un momento clave, la primera persona fuera de abogados y traductores que ve al narcotraficante entre rejas estadounidenses. Las fuentes, que pidieron el anonimato, no quisieron confirmar si el criminal  sabe que en poco tiempo empezará a recibir visitas.

Esposa no está en la lista para ver al criminal. En la lista de visitantes no está Emma Coronel, su esposa. Su petición de visita fue rechazada anteriormente y volverla a añadir en la lista podría afectar al resto.

El único contacto entre ellos se produce a través de comunicación escrita bajo escrutinio de una serie de organismos (incluidos la DEA), que analizan su contenido para evitar que el capo esté dando instrucciones desde su reclusión.

Los abogados actuales de Guzmán Loera se quejaron en una de sus últimas comunicaciones con el juez de que Coronel todavía no había recibido una carta de su marido enviada hacía más de un mes.

Michelle Gelernt y Michael Schneider, los letrados públicos que desde el primer día están al lado de El  Chapo  en su defensa, se sentarán de nuevo en el juzgado para defender al narcotraficante; sin embargo, sus días podrían estar acabando. La confirmación la pasada semana de que Guzmán Loera ha contratado a importantes abogados para que lo defiendan es el segundo gran giro del caso.

Se pudo ratificar que a la cabeza del equipo de defensa estarán los abogados Jeffrey Lichtman y Eduardo Balarezo.

En la última audiencia judicial Guzmán Loera dijo estar satisfecho con sus abogados de oficio y su intención de mantenerlos; sin embargo, llegó a un acuerdo para contratar abogados privados. El casting para contratar a nuevos elementos se hizo casi a escondidas. En las últimas semanas crecieron las versiones de un desfile de letrados por la cárcel. Entre ellos, Lichtman.

“He visitado al señor Guzmán probablemente más de 30 veces desde febrero”, explicó. Desde entonces, “su condición se ha deteriorado rápidamente”, afirmó, quejándose de unas medidas carcelarias que están surtiendo el efecto que, en su opinión, “desea” el gobierno: “Quebrarlo”. En otras entrevistas, Lichtman aseguró que es un “milagro” que todavía esté lúcido, con buena memoria e, incluso, gastando bromas y de buen humor, a pesar de estar en “una situación que es la peor que he visto en cualquier prisión en los 27 años que llevo visitando prisiones”.

Balarezo, el otro miembro de la cabeza bicéfala de defensa del  capo, también tiene experiencia en casos criminales de máximo nivel: sin ir más lejos, fue el representante de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo,  actualmente cumpliendo cadena perpetua en Estados Unidos. También los acompañarán Marc Fernich y William Púrpura, dos abogados con los que han trabajado en grandes casos.

El único fleco que queda por determinar, y que seguramente centrará parte de la vista oral del lunes, es el referente al pago de honorarios.

La actual defensa de El Chapo, en nombre del nuevo equipo, presentó su preocupación por si la fiscalía decidiera incautar el dinero del narcotraficante destinado a pagar los abogados esgrimiendo que provendría del comercio ilegal de Joaquín Guzmán Loera.

“La fiscalía, en la primera moción que presentó en la  corte, comentaba que el señor Guzmán no podía tener representación gratis por los defensores públicos porque se supone que él tiene dinero. Lo que estaban diciendo con eso es que necesita un abogado privado”, explicó Balarezo a este diario, aduciendo que el juez del caso no debería poner problema en la entrada de defensa privada.

Lichtman confirmó que han recibido “la autorización del Departamento del Tesoro para poder hacer negocios con alguien incluido en la lista de sanciones del gobierno estadounidense bajo la ley contra narcotraficantes como El  Chapo.  Pero eso no es garantía de que el gobierno no vaya a buscar incautar nuestros honorarios”, avisa.

Alerta de la posibilidad que la fiscalía reclame ese dinero como parte de los 14 mil millones de dólares que se estima que el líder del Cártel de Sinaloa  amasó en su negocio de actividades delictivas. La última palabra la tendrá el juez Brian Cogan, quien preside la causa.

De momento, los cuatro nuevos letrados se sentarán en la bancada reservada al público, a la espera de recibir la autorización de ser oficialmente parte de la defensa del narco.

Lo más probable es que compartan espacio con Emma Coronel, quien nunca falló en las únicas citas en las que puede ver a su marido. Probablemente también aparezca algún otro familiar, se decía que la hermana del  criminal autorizada a entrar en la cárcel se encuentra en Nueva York, así como la abogada mexicana del delincuente, Silvia Delgado.

La decisión de contratar a nuevos abogados, más allá de la novedad en la bancada, podría suponer un giro en el enjuiciamiento del capo. Hasta ahora, la defensa se había basado en tratar de probar que la extradición había sido ilegal.

Con la entrada de los nuevos defensores, Guzmán Loera parece decir: “Hagan juego”.

Si bien fuentes de los nuevos letrados aseguran que no desestimarán ninguna estrategia, al menos por el momento, han querido dejar un mensaje claro: El Chapo está listo para el juicio del 16 de abril de 2018, que se prevé dure entre tres o cuatro meses.

“Vamos a asegurar que el jurado distingue entre verdad y mito. El señor Guzmán está esperando su día de juicio”, concluyó Balarezo en un comunicado. Para ir bien preparado, el  líder del Cártel de Sinaloa  se está equipando con las mejores cartas de la baraja que puede.

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