La desarticulación de las bandas de pesca ilegal es fundamental para salvar a la vaquita marina, mientras continúe este ilícito cualquier esfuerzo para salvar a este cetáceo será en vano, afirmaron organizaciones.

Especialistas consultados por EL UNIVERSAL indicaron que las acciones del gobierno federal han sido insuficientes para detener la pesca ilegal en el Alto Golfo de California, pues aunque la vigilancia en el hábitat de la vaquita marina se ha intensificado con elementos de la Secretaría de Marina, de la Gendarmería Ambiental y las inspecciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la pesca furtiva continúa, lo cual se refleja en las cuatro vaquitas marinas muertas que se han encontrado en lo que va de este año, las cuales tenían rastros de redes de pesca.

Para Alejandro Olivera, integrante del Centro para la Diversidad Biológica, los esfuerzos del gobierno federal para la protección de la vaquita marina han sido “insuficientes”, por lo que se requiere fortalecer la cooperación con Estados Unidos y China para frenar la pesca ilegal e implementar acciones de inteligencia en la zona que permitan desarticular a las bandas que trafican la totoaba.

“Ha sido un fracaso y a pesar de que están todas las autoridades en el Alto Golfo, policía municipal, Gendarmería Ambiental, Marina, Conapesca, Profepa, el tráfico de pez totoaba no se ha detenido, no se ha trabajado en desarticular la red de tráfico de totoaba porque los decomisos son sólo por los buches, es una de las tantas fallas en la estrategia de parte del gobierno federal para proteger a la vaquita marina”, dijo.

Resaltó que es necesario realizar labores de inteligencia para desarticular las redes de tráfico de totoaba, pues pese a la presencia policiaca la pesca furtiva “se sigue escabullendo” hacia la frontera con Estados Unidos. “Se necesitan capturar realmente a los que están orquestando este tráfico de totoaba, encontrar a los culpables.

“La pérdida de la población de la vaquita marina en los últimos años es un reflejo de que la estrategia implementada no ha funcionado; sin embargo no es tarde todavía para salvar a la vaquita, no se necesitan buenas intenciones sino acciones que sean implementadas para su salvación. Es decepcionante tener que esperar a que venga una celebridad, un empresario a hablar con el Presidente para que se implementen acciones de protección a la vaquita”, dijo.

Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, aseguró que la pesca furtiva en el Alto Golfo de California es un problema muy complejo dado que los pescadores pueden ocultar las redes agalleras en los tambos de gasolina, lo que dificulta distinguirlos, por lo que es necesaria una veda total y permanente en esta región, además de fomentar nuevas actividades productivas entre las comunidades de San Felipe, Baja California, para que la pesca no sea su principal fuente de ingresos.

Destacó que el Alto Golfo de California es una región complicada por la presencia de la delincuencia organizada puesto que es el paso para el contrabando de drogas y de armas “se vuelve enormemente complicado distinguir a los buenos de los malos, a los pescadores que tienen permiso de los que no, por eso se propuso una veda total, que no entre ningún barco pesquero y que en la zona de menor riesgo sea más controlada la pesca”.

Señaló que el problema de la pesca ilegal atañe no sólo a México, sino también a Estados Unidos y a China, país que no ha frenado “el enorme apetito por el buche de totoaba”; comentó que la sociedad civil debe exigir a las autoridades el cumplimiento de las medidas para la protección no sólo de la vaquita marina sino de otras especies que habitan en esa región, puesto que el área del océano pacífico de Baja California es considerada como una de las regiones más rica en recursos submarinos.

Miguel Rivas, coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace, advirtió que no existe una única solución para salvar a la vaquita marina, sino que se requiere no sólo la prohibición de las redes de pesca sino la colaboración internacional y de los distintos sectores del gobierno con la sociedad civil para la preservación de este mamífero marino.

Comentó que Greenpeace no está de acuerdo con el nuevo programa para la conservación de la vaquita marina, el cual consiste en trasladar ejemplares a un refugio para su reproducción.

“La vaquita no tiene que salvarse en una bahía, eso nace como solución bajo la ineficacia de cumplir lo que se promete, entonces no podemos estar de acuerdo con un programa que va a confinar a las últimas vaquitas que quedan libres a que pasen sus días en cautiverio”, enfatizó.

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