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En la comunidad de Palmarito, donde el jueves pasado ocurrió un enfrentamiento entre militares y huachicoleros, fueron sepultados cuatro de los seis civiles que perecieron.

Ante decenas de familiares, amigos y gran parte de los habitantes de dicha comunidad del municipio de Quecholac, los restos de los presuntos chupaductos fueron despedidos en la iglesia principal.

El sacerdote católico, Jesús Fabián Serrano, quien encabezó la misa, llamó a la población a buscar que impere la paz en esa junta auxiliar, cuyos habitantes y miembros del crimen organizado enfrentaron a los militares, lo que dejó un saldo de 10 muertos, entre ellos cuatro soldados) y 13 heridos (12 militares y un policía).

Tras la misa, los familiares junto con los suyos se dirigieron al panteón municipal, donde les dieron el ultimo adiós a las cuatro personas que murieron en el tiroteo que protagonizaron con los soldados.

En la junta auxiliar de Palmarito, perteneciente al municipio de Quecholac, integrantes de bandas de chupaductos y pobladores confrontaron la semana pasada en dos ocasiones a los elementos del Ejército mexicano.

El primer hecho de violencia ocurrió casi a la medianoche del miércoles, cuando los efectivos acudieron a atender una llamada ciudadana que reportó una toma clandestina.

Sin embargo, policías y soldados fueron recibidos por huachicoleros que colocaron una barrera humana compuesta por mujeres y niños al frente, a manera de escudo, y desde atrás dispararon contra los militares.

Por la madrugada del jueves, un nuevo enfrentamiento ocurrió entre huachicoleros y soldados, lo que dejó dos efectivos más muertos y seis presuntos delincuentes abatidos, entre ellos, una mujer y un menor de 17 años de edad.

En este escenario, la Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que este lunes se desarrollarán de manera habitual las actividades escolares en todos los planteles del estado, incluidos los de Quecholac.

En la ciudad de Puebla, el arzobispo Víctor Sánchez dijo que la Iglesia alertó desde hace tiempo sobre la inseguridad que privaba en el llamado Triángulo Rojo, una amplia zona donde las bandas de robo de hidrocarburos tiene el control territorial.

“Nuestras autoridades tendrán que estar atentas a ese tipo de delincuencia que se está dando en muchos lados y Puebla no es la excepción”, manifestó el religioso a los medios locales.

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