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La seguridad de México se ve amenazada por la extracción ilegal de combustible, acción que refleja que la corrupción e impunidad no dan tregua, aseguró la Arquidiócesis Primada de México, a través del editorial del semanario religioso Desde la Fe.

El artículo señaló que ese delito y “actividad lucrativa del mercado negro” es creciente, debido a que en cinco años aumentó en más de 400%, convirtiéndose en un desafío al poder del Estado y al sistema de justicia, como actividad ilícita financiera.

Lamentó que el robo de combustibles, gasolina y diesel por la perforación de poliductos para ordeñar el huachicol cobre vidas humanas.

“Los delincuentes, en la impunidad de su poder, utilizan la pobreza y necesidad de poblaciones marginadas y olvidadas que han abandonado sus actividades tradicionales y de cultivo por un negocio más lucrativo para sostener su economía y familias. Ellos sirven de carne de cañón: niños y adolescentes, mujeres y ancianos, arrojados para enfrentar a las fuerzas del orden sin importar las consecuencias que ponen en riesgo su integridad personal. Son víctimas colaterales”.

“Huachicol, oro negro del diablo”, es el título del texto que alertó de la gravedad de este crimen. Detalló que los huachicoleros, que son operadores clandestinos de ductos de combustibles, han asentado sus actividades en estados del país con infraestructura petrolera; sin embargo, advirtió que en Puebla es preocupante por el recién despliegue de Fuerzas Armadas que han entrado en confrontación con los delincuentes.

La arquidiócesis encabezada por el cardenal Norberto Rivera acusa que el huachicolero opera gracias a las autoridades coludidas, y que incluso directivos de Pemex han manifestado la existencia de empleados que estarían implicados en el proceso de extracción ilegal de combustibles.

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