Javier Valdez, un reconocido periodista mexicano que por años cubrió temas de narcotráfico desde el estado norteño de Sinaloa, fue asesinado el lunes cerca del semanario donde trabajaba, informaron autoridades en medio de una reciente ola de violencia que ha dejado otros miembros de la prensa asesinados y ha posicionado a México como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

El veterano reportero, que era un referente para todo aquel que llegaba a Sinaloa y quería saber qué pasaba en el estado, se convirtió en el sexto informador ejecutado en México desde principios de marzo.

En los últimos meses, la violencia contra la prensa se ha multiplicado en distintos puntos del país.

Los ataques a la prensa en México se han multiplicado este año.

El 2 de marzo mataron a Cecilio Pineda Brito, un periodista independiente en el estado sureño de Guerrero.

El 19 del mismo mes, en Veracruz, al columnista Ricardo Monlui.

Cuatro días después ejecutaron a Miroslava Breach, reportera del periódico La Jornada, a balazos frente a su casa en la ciudad norteña de Chihuahua.

El 14 de abril mataron en la ciudad de La Paz a Maximino Rodríguez, periodista de un medio local de Baja California Sur.

El 2 de mayo a Filiberto Álvarez, reportero de una radio de Morelos.

Además, otro comunicador de Veracruz quedó herido de gravedad en el mismo periodo; el escolta de un informador de Baja California Sur murió aunque el periodista salió ileso y el pasado fin de semana en el estado de Guerrero, un centenar de hombres armados retuvieron temporalmente a un grupo de reporteros, a quienes amenazaron y robaron todo su equipo.

El CPJ señaló en un informe este mes de mayo que "la impunidad endémica permite a los grupos criminales, los funcionarios corruptos y los cárteles de la droga silenciar a sus críticos" en México. Según sus datos, desde 1992 un total de 40 periodistas han sido asesinados por motivos relacionados con su trabajo y han matado a otros 50 por causas no esclarecidas.

La fiscalía especializada en estos delitos, creada en 2010, aporta otros datos. Indica que entre 2000 y 2017 ha habido 114 homicidios de periodistas, de los cuales el departamento ha investigado 48 pero solo existen tres sentencias, informó la Cámara de Diputados en un comunicado tras una sesión sobre el tema el 5 de abril.

Además de la creciente violencia hacia la prensa, la situación en Sinaloa se ha complicado sustancialmente desde la detención y posterior extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos. La salida de escena del que fuera líder del cartel de Sinaloa provocó un incremento de la violencia y la lucha entre distintas facciones de la organización por el control del grupo.

El fiscal Juan José Ríos, al ser cuestionado por el incremento de homicidios en el estado, se limitó a indicar que Sinaloa vive un “escenario peculiar”.

Valdez murió por arma de fuego a primera hora de la tarde pero el fiscal de Sinaloa, que se trasladó inmediatamente al lugar, no ofreció más detalles sobre cómo sucedieron los hechos.

Solo aseguró que su prioridad era salvaguardar la integridad del semanario Ríodoce y de la familia del periodista. Agregó que estaban abiertas todas las líneas de investigación, incluyendo la posibilidad de que el móvil del crimen fuera su trabajo informativo.

El sinaloense se especializaba en temas de seguridad y narcotráfico. Fue uno de los fundadores de Ríodoce y también era corresponsal del diario La Jornada, así como autor de varios libros.

En el último, ‘Narcoperiodismo’, abordó la relación de la prensa y el crimen organizado pero además había realizado múltiples investigaciones, entre otros temas, sobre menores (los libros ‘Huérfanos del Narco’ y ‘Los Morros del Narco’) y sobre el papel de las mujeres y la delincuencia (‘Miss Narco’).

Según Ríodoce, Valdez iba manejando un vehículo cuando desconocidos lo interceptaron y balacearon. El diario La Jornada indicó que recibió múltiples disparos.

Con este crimen suman seis los periodistas asesinados en México en poco más de dos meses, pero sin duda éste es uno de los fallecimientos de mayor impacto en los últimos años debido el reconocimiento y trayectoria del sinaloense, que era respetado tanto nacional como internacionalmente.

De hecho, el presidente Enrique Peña Nieto, expresó su condena al homicidio vía Twitter y mostró su “compromiso con la libertad de expresión y de prensa, fundamentales para nuestra democracia”.

El mandatario mexicano también indicó que ya había ordenado a la fiscalía especializada en delitos contra la libertad de expresión, dependiente de la Procuraduría General de la República, que investigara el caso.

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El semanario Ríodoce, especializado en temas de violencia, ya había sido atacado en otras ocasiones. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, recordó que en 2009 atacantes desconocidos lanzaron granadas a sus oficinas días después de la publicación de una investigación sobre narcotráfico. Nadie resultó herido en aquella ocasión.

“Vivir en Sinaloa es un peligro y ser periodista es un peligro añadido”, dijo Valdez en una entrevista con el CPJ. “Aprendimos a vivir en unos tiempos en los que las balas vuelan a nuestro alrededor”.

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