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El titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, concluyó que los elementos de las policías locales que participaron en el enfrentamiento de Nochixtlán, Oaxaca, del 19 de junio de 2016 sí iban armados y hubo una deficiente revisión por parte del notario público 65 del estado, quien solamente reportó que los elementos no llevaban armas de fuego ni punzocortantes.

“Previo al inicio del operativo a las 4:30 de la mañana, en el destacamento de la Policía Federal, ubicado en San Pablo Etla, el notario público número 65 de la ciudad de Oaxaca sólo hizo un recorrido visual, sin verificar a detalle a los integrantes de las corporaciones policiales y señaló que: ‘sólo portan kit policiaco antimotines, sin armas de fuego ni punzocortantes, sólo lanzadores simples de agentes químicos’; asimismo, que inspeccionó los vehículos terrestres que tuvo a la vista certificando que ‘en su interior no existían armas de fuego ni punzocortantes’; sin embargo, se ha documentado que hubo elementos de las corporaciones estatales que acudieron armados al inicio del operativo”, describió ante los legisladores federales de la Comisión Especial que colabora en este tema.

Al entregar su Informe Preliminar ante la Comisión Especial de Nochixtlán en la Cámara de Diputados, Luis Raúl González Pérez informó que elementos de la Policía Federal pidieron al director del Hospital Regional del IMSS de Oaxaca que no recibiera a población civil lesionada después de la refriega, por cuestiones de seguridad.

“Se tiene copia del oficio del director del Hospital Regional del IMSS en la ciudad de Oaxaca quien señaló que recibió en esas instalaciones a policías federales, quienes le solicitaron atender a sus elementos lesionados y que por cuestiones de seguridad no recibiera a población civil lesionada, a lo que el encargado de ese hospital respondió que no podía hacer eso, toda vez que era una institución encargada del cuidado de la salud y por ley se encontraba obligado a prestar el servicio a quien lo requiriera. Esto se está revisando junto con las otras evidencias de la investigación”, describió el ómbudsman nacional.

No se cumplieron los protocolos. La CNDH concluyó que en este operativo del 19 de junio de 2016 los elementos policiacos no cumplieron con los protocolos, y está por determinarse el uso de la fuerza.

“Los hechos no pueden quedar impunes y la sociedad debe conocer la verdad de lo acontecido en esa fecha. Es preciso insistir en que la CNDH no investiga delitos, eso es responsabilidad exclusiva de las autoridades ministeriales y judiciales, lo que investiga la CNDH son violaciones a derechos humanos. En ese sentido, en los hechos del 19 de junio se requiere dilucidar por qué no se cumplieron los protocolos de actuación por parte de las corporaciones policiales, así como determinar lo relativo al uso de la fuerza. Esto es parte de lo que estamos por concluir”, agregó.

Ante Omar Ortega y otros legisladores de la comisión, Luis Raúl González señaló que el espectro de la investigación se amplió, y que, si bien el enfrentamiento inició en esa ciudad, los hechos de confrontación también se presentaron en las comunidades de Huitzo, Telixtlahuaca, Vigueras y Hacienda Blanca, por lo cual los visitadores adjuntos desplegaron sus actividades en esas zonas para recabar testimonios, solicitudes de información y peritajes, así como atender a víctimas y lesionados.

Informó que se han recabado 830 actas circunstanciadas, de las cuales 571 corresponden a los hechos suscitados en Nochixtlán, 43 a Huitzo y Telixtlahuaca y 92 a Hacienda Blanca y Vigueras, que incluyen testimonios de familiares de fallecidos, testigos de los hechos, lesionados, detenidos, afectados por gases lacrimógenos, personas reportadas como no localizadas, afectados en sus bienes, personal de salud de instituciones públicas y médicos particulares, comerciantes y taxistas.

Señaló que en total fueron ocho las personas fallecidas, seis en los hechos de Nochixtlán y una en Viguera, en la ciudad de Oaxaca; los siete fallecieron por arma de fuego. Una persona más fue lesionada un día después de los hechos por un cohetón y como consecuencia de ello falleció. Todas eran de sexo masculino, con edades que oscilaban entre los 18 y 39 años; ninguno era maestro. Sólo en cinco de las siete personas fallecidas por arma de fuego fue posible recuperar algún elemento balístico (tres corresponden a arma larga calibre .223 y dos a arma corta calibre 9 milímetros).

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