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La Universidad Pontificia de México alista, para febrero del próximo año, la apertura de un Centro Especializado para la Protección de Menores, en colaboración con la Universidad Gregoriana de Roma, anunció Mario Ángel Flores, rector de esa casa de estudios.

Al participar en el congreso sobre pederastia clerical, que se realizó en las instalaciones de la Universidad Pontificia, el presbítero afirmó que “la Iglesia es una de las instituciones que ha tomado con más seriedad este problema social en el mundo”, por lo que la apertura de este centro será un servicio para la Iglesia católica en México.

El semanario Desde la Fe, difundió que el congreso contó con la asistencia de 400 participantes provenientes de 16 arzobispados y 43 diócesis, tanto mexicanas como extranjeras; 48 representantes de sociedades de vida consagrada y ocho institutos.

Durante el evento, Sean O´Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores de El Vaticano, resaltó que con la implementación de programas de prevención para el delito de la pederastia clerical en la arquidiócesis de Boston no se ha vuelto a presentar un solo caso de abuso sexual por parte de sacerdotes; dijo que tras el escándalo por casos de pederastia en Boston hace 14 años adoptaron medidas de transparencia y de cero tolerancia.

“El abuso sexual contra menores por parte de personas del clero ha disminuido y puede ser erradicado con políticas de cero tolerancia, adecuados programas preventivos, de educación y transparencia”, aseguró.

El también arzobispo de Boston recomendó que como parte de las medidas para prevenir la pederastia clerical deben implementarse la formación continua en los seminarios y de los ministros de culto; la elaboración de códigos de ética para sacerdotes, agrupaciones religiosas, catequistas y voluntarios; mayor discernimiento vocacional y propiciar el intercambio de información entre los seminarios, diócesis y órdenes religiosas, en especial cuando haya transferencias de ministros de culto, puesto que “la transferencia de una persona culpable no garantiza, de ninguna manera, que el acusado no vuelva a violentar la ley en otra parte”.

Dijo que “95% de los abusos sexuales contra menores se cometen en la propia familia y en otros ambientes ajenos a la Iglesia, pero el delito es mucho más grave cuando lo comete algún sacerdote o religioso”.

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