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Culiacán, Sin.— Las comunidades de Huixiopa y La Tuna, en Badiraguato, se volvieron a quedar sin maestros, médicos y los comercios cerraron, porque casi todos sus habitantes volvieron a abandonar sus hogares, ante una violencia que está presente, desde junio pasado.

Mario Valenzuela López, alcalde de Badiraguato, dijo que las zonas se convirtieron en “pueblos fantasmas, puesto que casi todas las actividades están paradas, sólo escasas familias viven atemorizadas de ser víctimas de agresiones por grupos armados”.

Las autoridades judiciales y del Ejército, señaló, atribuyen esta situación a una rivalidad entre los Beltrán Leyva y los hijos de Joaquín Guzmán Loera, sin que él pueda validarlo, puesto que no cuenta con elementos de juicio para hacerlo.

Valenzuela López explicó que el Ejército sólo patrulla en forma esporádica el área, donde se ubican estas dos comunidades, en las cuales se mantienen en sus hogares menos de 70 familias, lo que implica que en forma sorpresiva se internan grupos armados.

Cerca de 170 familias de Huixiopa que se reubicaron con familiares en la cabecera municipal y en Culiacán son auxiliadas con despensas, puesto que se resisten a volver a sus hogares, ante los hechos de violencia.

Se tuvo a fines del mes de junio una fuerte presencia del Ejército y vehículos de la policía en esa zona, donde se documentó que cinco viviendas y un vehículo fueron quemados por hombres armados, cuyas identidades se desconocen.

El alcalde admitió que desde hace dos semanas no visita Huixiopa, ni La Tuna, por lo que desconoce si la señora Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán Loera, y los miembros de su familia permanecen en su finca.

Dio a conocer que la noche del jueves pasado la policía municipal le notificó que una persona herida, en la comunidad de Bacacoragua, había ingresado al hospital de Badiraguato, bajo la custodia militar.

Comentó que los militares solicitaron el auxilio de un paramédico para trasladar al lesionado, en una ambulancia de la Cruz Roja a la capital del estado, en su trayecto, a la entrada norte de Culiacán, el convoy militar fue emboscado. Según el reporte de C-4, a las 03:25 horas del viernes pasado, los vehículos con 17 elementos del Ejército y una ambulancia de la Cruz Roja en la que trasladaban a Julio Óscar Ortiz Vega fueron atacados sobre la carretera México-Nogales.

Los agresores, a bordo de más de ocho camionetas y unidades doble rodado blindada y dotada de fusiles Barret-calibre 50 y con granadas, destruyeron dos unidades Hummer, causaron la muerte de cinco militares, 10 más quedaron heridos y el paramédico lesionado.

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