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El anuncio de que el gobierno de Estados Unidos tiene planes para ampliar los programas de admisión de refugiados para beneficiar a migrantes centroamericanos, cayó a México como “anillo al dedo” y al menos en la Secretaría de Gobernación se espera ese cambio en la política estadounidense.
El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Humberto Roque Villanueva, explicó que México recibe un flujo “enorme” de indocumentados centroamericanos que buscan llegar a la Unión Americana y no quedarse en el territorio nacional, por ello, es a Estados Unidos al que le corresponde otorgar el refugio a éstos y no a las autoridades mexicanas.
Evidentemente, dijo durante una rueda de prensa, el mayor flujo de migrantes que recibe México proviene de Guatemala, El Salvador y Honduras, ello por razones como falta de seguridad pública, problemas de carácter económico, entre otros.
La ley mexicana concede a cualquier migrante la posibilidad de pedir el estatus de refugiado y las autoridades mexicanas, tienen la obligación de mantener al solicitante en una estación migratoria o un albergue civil o religioso por 45 días, hasta que se resuelva su caso.
En el caso de los centroamericanos, explicó Roque Villanueva, no buscan quedarse en México, su intención es llegar a la frontera norte para cruzar a Estados Unidos.
En enero, el titular del Departamento de Estado de la Unión Americana, John Kerry, anunció planes de su gobierno para ampliar los programas de admisión y refugiados, a fin de beneficiar a migrantes centroamericanos. El plan beneficiaría a familias y ciudadanos vulnerables de El Salvador, Guatemala y Honduras. Kerry especificó que en 2016 se prevé acoger a 85 mil refugiados.