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El que fuera uno de los lugartenientes más sanguinarios del Cártel de los Beltrán Leyva, Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y uno de los ex líderes del Cártel del Golfo, Jorge Costilla Sánchez, alias El Coss, fueron extraditados por el gobierno de México a Estados Unidos, donde enfrentan cargos por homicidio, lavado de dinero, narcotráfico y asociación delictuosa.

La entrega de ambos capos se dio junto con otras 11 personas, entre las cuales están el propio suegro de La Barbie, Carlos Montemayor González, alias El Charro, un extranjero acusado de traficar armas y dos mexicanos vinculados con ataques contra funcionarios estadounidenses cometidos en territorio nacional.

Ante la extradición de estos 13 delincuentes, la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, reconoció los esfuerzos de México contra el crimen internacional. Dijo que “las extradiciones de hoy no hubieran sido posibles sin la intensa colaboración y la productiva relación que mantenemos con los funcionarios de más alto rango de las fuerzas de seguridad en México”.

El director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón, explicó que en el caso de Edgar Valdez, detenido en agosto de 2010, enfrenta cargos en una Corte de Distrito del Este de Lousiana por narcotráfico y lavado de dinero, y en México estaba sujeto a proceso penal por delincuencia organizada, secuestro, posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, delitos contra la salud y homicidio calificado.

Su suegro, Carlos Montemayor, también fue operador de los Beltrán Leyva, por lo que era reclamado por la Corte Federal de Distrito del Norte de Georgia, donde enfrenta imputaciones por asociación delictuosa, narcotráfico y lavado de dinero.

Sobre Jorge Costilla, El Coss, el funcionario explicó que lo buscaba una Corte de Distrito Sur de Texas, por colaborar con una organización criminal vinculada con el contrabando y distribución de mariguana y cocaína en Estados Unidos. Al momento de su captura en México, el 12 de septiembre de 2012, también enfrentaba cargos por el delito de lavado de dinero.

En el grupo está José Emanuel García Sota, presunto integrante de Los Zetas, acusado de participar en el asesinato del agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), Jaime Zapata, cometido en San Luis Potosí el 15 de febrero de 2011.

García Sota era buscado por una Corte Federal del Distrito de Columbia para enfrentar un cargo por el homicidio del agente, y otro por tentativa de homicidio, debido a que el agente Jaime Ávila, de la misma agencia, resultó herido.

Además, fue extraditado, Luis Humberto Hernández Celis, El Pack o El Reik, presunto integrante del grupo delictivo La Línea, considerado como el brazo armado del Cártel de Juárez.

A dicha persona se le relaciona con los homicidios de dos funcionarios consulares de Estados Unidos y las heridas a un tercer diplomático norteamericano durante un ataque el 14 de marzo de 2010.

Detenido en México un mes después de estos hechos, una Corte Federal del Distrito Oeste de Texas lo buscaba por asociación delictuosa, narcotráfico, homicidio en un país extranjero, portación de arma de fuego y delitos de violencia.

Se extraditó a Jean Baptiste Kingery, al servicio del Cártel de Sinaloa, quien enfrenta acusaciones por tráfico de armas y municiones de Estados Unidos a México, tentativa para contrabandear bienes y falsedad de declaraciones.

Otros extraditados son: Martín Daniel Castillo Rascó, Aureliano Montoya Peña, Ricardo Valles de la Rosa, Alberto Núñez Payán y Julio César Valenzuela Elizalde, acusados de delincuencia organizada y secuestro, narcotráfico, asociación delictuosa y lavado de dinero, entre otros.

Sólo Antonio González y Antonio Reynoso no tenían antecedentes en México, pero son acusados de asociación delictuosa y narcotráfico.

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