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Walther Parson, jefe del Laboratorio del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck, Austria, confirma en entrevista con EL UNIVERSAL que de las muestras que recibió por el caso Ayotzinapa sólo dos contenían ADN humano, y que a partir de los peritajes a los que se sometieron estos fragmentos no queda duda de que los resultados son positivos para identificar al estudiante normalista Jhosivani Guerrero de la Cruz.

La evidencia científica que se obtuvo es coincidente con las muestras genéticas proporcionadas por cada miembro de su familia, las cuales recibieron los expertos en noviembre de 2014.

Detalla que alcanzar esta certeza científica fue posible gracias a nueva tecnología de ADN aplicada por el Instituto de Medicina Legal y el laboratorio que dirige. “Este caso ha significado un desafío para nuestro equipo; han sido estudios que requirieron de un grupo de personas altamente especializadas en el laboratorio, además de muy buena tecnología. Este nuevo método de peritaje genético nos permitirá obtener mejores resultados y, sobre todo, con mayor rapidez si recibimos otras muestras de México”.

Sin embargo, hasta el momento señala que “no hemos sido notificados” del envío de más muestras, aunque la titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez González, adelantó el miércoles que se conformará un grupo de expertos para analizar y seleccionar 63 mil fragmentos que se encontraron en el río San Juan y en el basurero del municipio de Cocula, Guerrero, a fin de que los que puedan ser analizados sean enviados a Innsbruck.

“La muestra de los fragmentos óseos del estudiante Jhosivani Guerrero coincidieron con las de su madre, únicamente a través de la implementación de un novedoso estudio tecnológico y científico llamado Captura de Primera Extensión de Secuenciación Masivamente Paralela (PEC MPS) que se aplicó en este caso, por el grado de especificidad que se requería ante el nivel de degradación de las muestras enviadas al laboratorio”, detalla Parson.

Un estudio comprobado. “El método está científicamente probado. Los resultados son correctos. Obtuvimos un resultado que es idéntico al ADN de la madre del segundo estudiante”, enfatiza el especialista.

En el análisis que incluyó la revisión de 17 muestras de fragmentos óseos encontrados en el río San Juan, en Cocula, se corroboró que entre las víctimas está el estudiante Alexander Mora Venancio, que resultó positivo en el primer peritaje llevado a cabo durante diciembre del año pasado.

“En principio, en un segundo análisis encontramos que solamente nueve muestras contenían material genético posible de analizar; sin embargo, avanzamos y supimos que solamente dos de ellas contenían ADN humano, el resto no”.

Fue con el estudio específico de esta segunda muestra que contenía ADN humano como llegaron a conocer la identidad del joven Jhosivani Guerrero de la Cruz. “Este método permite la identificación de material biológico [muy dañado] que no podría haber sido identificado u obtenido a partir de un análisis de ADN forense convencional”, explica.

Prendas con sangre. Walther Parson aclara que por ahora el estudio está definitivamente terminado, y las muestras de ADN de las familias de los estudiantes serán enviadas de regreso a la Procuraduría General de la República.

En semanas pasadas autoridades mexicanas entregaron al laboratorio de Austria diversas prendas y objetos que presuntamente pertenecían a los normalistas, que se encontraron en los autobuses en los que viajaban los estudiantes el 26 de septiembre de 2014 cuando desaparecieron, a fin de que se practiquen estudios, ya que algunos de ellos tienen manchas de sangre que podrían ser analizadas.

Al respecto, Parson señala que “este análisis es independiente del peritaje genético de los fragmentos óseos”. El científico no dio más datos respecto a la ropa y objetos, pues refiere que no puede hablar sobre un estudio que está en curso.

jram

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