Ángel Amílcar Colón Quevedo, un hondureño defensor de derechos humanos que estuvo preso de marzo de 2009 a octubre de 2014 en el penal federal de Tepic, Nayarit, denunció ante el Subcomité de Derechos Humanos Internacional del Parlamento de Canadá la situación de tortura, violencia e impunidad que se vive en México.

Colón Quevedo, acusado de delincuencia organizada, fue detenido en un operativo en Tijuana, Baja California, junto con otras 10 personas; posteriormente fue torturado para que aceptara ser integrante del Cártel de Los Arellano Félix.

En su visita al Parlamento canadiense, el hondureño les solicitó que se pronuncien y hagan un llamado al gobierno mexicano, ante el peligro que corren los migrantes a su paso.

El defensor de los derechos humanos enfatizó que “son como 2 millones de canadienses que visitan México al año. Todos pueden ser víctimas de lo que a mí me pasó. Una de las causas por las que estoy en el Parlamento es para dar testimonio y pedirles que se pronuncien por mi situación, que pidan mi reparación del daño y dicten medidas de no repetición”.

Ante la pobreza y la falta de oportunidades en su país, Colón Quevedo decidió dejar a su esposa July Alexandra Baltazar y sus hijos Ángel y Alex, para viajar a Estados Unidos en busca del sueño americano, pero su condición migratoria y su color de piel fueron sus enemigos para que fuera torturado y encarcelado.

Durante su paso por territorio mexicano, fue engañado por una persona apodada El Ruso, quien lo llevó a una casa con falsas promesas de pasarlo a Estados Unidos, sin saber que en esa casa la utilizaban los Arellano Félix para poder operar.

El 9 de marzo de 2009 el hondureño fue detenido junto con otras 10 personas, y en el lugar encontraron armas largas, droga, equipo táctico y vehículos.

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